Y mientras tanto...
La política española se retrata en Pamplona
En la Universidad de Navarra (Pamplona, norte de España) estudian cerca de 100 alumnos dominicanos. Es una ciudad pequeña que ha vivido en una semana dos sucesos que retratan la política española.
Violencia y censura. Un periodista de derechas, provocador pero no violento e insolente incordio de la izquierda, anuncia un debate en el Campus imitando a Charlie Kirk. Un grupo de encapuchados de extrema izquierda abertzale lo impide y propina una paliza a un periodista. Una portavoz del Partido Socialista de Navarra (PSOE) hace unas declaraciones explicando que "fuimos claros al decir que no queríamos que fuera a Pamplona". Violencia y censura. Es el resultado de la política infame de pactos del PSOE con los proetarras.
Violación y silencio. Esa misma semana, también en Pamplona, cuatro inmigrantes magrebís, (tres con orden de expulsión) roban, violan y abandonan semi inconsciente a una estudiante. La izquierda no sale a la calle. Matiza hasta el extremo su condena... al contrario de lo que ocurrió en los Sanfermines de 2016, cuando La Manada (cuatro españoles) violó a una joven. Entonces y con razón, la izquierda lideró las protestas en la calle y unió a la sociedad en repulsa a la violencia sexual.
¿Qué pasado en España? Ha pasado el PSOE. Ha pasado que lo que fue centro izquierda se ha aliado con las minorías de extrema izquierda y de extrema derecha (lo que haga falta, oiga) para mantenerse en el poder. De todos sus pecados de corrupción, sus pactos en Navarra, su alianza con Bildu, son los más graves. No es el dinero que todavía hay que probar que ha robado. Es la prostitución ya demostrada de la voluntad popular, de la salud de las instituciones que se supone que un sistema democrático debe garantizar. Otra izquierda española es necesaria ¡por lo menos en Navarra!

Inés Aizpún