La Casa Blanca desata polémica por placas con ataques políticos a Biden y Obama
Los juicios son especialmente duros con Biden y Obama

Retratos con nuevas placas con texto explicativo se ven en el Paseo de la Fama Presidencial, en la Columnata de la Casa Blanca en Washington, D.C., el 17 de diciembre de 2025. (AFP)
La Casa Blanca ha generado una nueva controversia tras la instalación de una serie de placas explicativas bajo los retratos de expresidentes de Estados Unidos en un pasillo cercano al Ala Oeste, un espacio que la actual administración ha bautizado como una especie de "paseo presidencial".
A diferencia de lo habitual en este tipo de exposiciones institucionales, los textos no adoptan un tono histórico neutral, sino que incluyen juicios de valor abiertamente políticos, en muchos casos críticos y personales, atribuidos directamente al presidente Donald Trump, de acuerdo a la BBC.
- Las placas describen a varios de los antecesores de Trump con un lenguaje inusualmente duro para un edificio que tradicionalmente ha sido tratado como símbolo de continuidad institucional.
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El miércoles pasado, periodistas encontraron placas en la galería con las biografías de cada presidente, con descripciones negativas bajo los retratos de Biden y Obama.
Biden: el más afectado
Uno de los casos más llamativos es el de Joe Biden, a quien se califica como "el peor presidente de la historia del país" y se le acusa de haber llegado al poder tras unas elecciones "corruptas", una afirmación que no cuenta con respaldo judicial pero que Trump ha reiterado desde 2020.
- En su caso, incluso se ha sustituido su retrato por la imagen de un autopen, en alusión al uso de firmas automáticas durante su mandato.
También es descrito con términos como "el dormilón".
El primer presidente negro de Estados Unidos es calificado como "una de las figuras políticas más polarizantes de la historia". También se le llama "Barack Hussein Obama", al estilo de Trump, quien amplificó teorías conspirativas sobre el origen del demócrata.
Bill Clinton es valorado por algunos logros económicos, pero el texto recuerda escándalos personales y la derrota electoral posterior de Hillary Clinton.
Entre la crítica y el halago
En otros casos, el tono es más ambivalente: George W. Bush recibe reconocimiento por su liderazgo tras los atentados del 11 de septiembre, aunque se subrayan de forma negativa las guerras de Irak y Afganistán.
El caso de los republicanos
Los expresidentes republicanos suelen recibir un trato más favorable. Ronald Reagan es presentado de forma elogiosa, con insinuaciones incluso de afinidad personal con Trump, una afirmación que ha sido cuestionada por historiadores.
En cuanto al actual presidente, su biografía no escatima elogios.
En su placa se dice que puso fin a ocho conflictos en ocho meses, una cifra considerada en gran medida "imaginaria". También señala que ha promovido billonarias inversiones en Estados Unidos, una afirmación imposible de verificar.
La Casa Blanca ha defendido la iniciativa como una forma "honesta y directa" de presentar la historia reciente del país. Sin embargo, críticos, académicos y comentaristas consideran que se trata de una politización sin precedentes de un espacio oficial, rompiendo con la tradición de respeto institucional hacia los expresidentes.
Para muchos, estas placas reflejan no solo la visión personal de Trump sobre la historia estadounidense, sino también una nueva forma de ejercer el poder simbólico desde el corazón mismo del Estado.

Agencias
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