Trump borra 123 años de historia al demoler el Ala Este de la Casa Blanca
La demolición incluyó también el Jardín Jacqueline Kennedy y la Columnata Este, donde se encontraba el teatro del presidente.

El Ala Este de la Casa Blanca, espacio histórico que por más de un siglo albergó la oficina de la primera dama, fue demolido este jueves por orden del presidente Donald Trump, quien calificó el edificio como "muy pequeño" y aseguró que "estorbaba" la construcción de un nuevo salón de baile valorado en 300 millones de dólares.
El Ala Este, levantada en 1902 durante el mandato de Theodore Roosevelt y reconstruido en los años 40 por Franklin D. Roosevelt, servía como entrada principal para millones de visitantes y como sede de los calígrafos (artistas que se dedican a escribir a mano con belleza y precisión) y el equipo de protocolo presidencial.
Imágenes satelitales analizadas por The New York Times muestran que la demolición incluyó también el Jardín Jacqueline Kennedy y la Columnata Este, donde se encontraba el teatro del presidente.
Indignación y lamento por la pérdida histórica
La medida ha provocado fuertes críticas de conservacionistas, exempleados de la Casa Blanca y figuras demócratas.
"Es doloroso ver cómo desaparece una parte viva de la historia", dijo Laura Schwartz, exdirectora de eventos durante la administración Clinton.
Stephanie Grisham, exjefa de gabinete de Melania Trump, lamentó que "ese tipo de historia se esté demoliendo frente a nuestros ojos".
Jeremy Bernard, secretario social bajo Barack Obama, recordó que el Ala Este ofrecía la primera impresión de la Casa Blanca a los visitantes: "Todos se sentían bienvenidos después del rigor de la seguridad".
Apoyos y justificaciones
Algunos exfuncionarios defendieron la decisión. Gahl Hodges Burt, secretaria social en la era Reagan, consideró la demolición "una necesidad atrasada" y destacó que el nuevo salón resolverá problemas logísticos de espacio para cenas de Estado, que actualmente requieren costosas carpas temporales en el jardín sur.
"El nuevo salón es una solución más digna y práctica", afirmó Burt, quien también integra la Asociación Histórica de la Casa Blanca.
Un edificio cargado de historia
Durante 123 años, el Ala Este fue escenario de momentos emblemáticos, desde el incidente en 2009 cuando una pareja no invitada logró ingresar a una cena de Estado durante la administración Obama, hasta el 11 de septiembre de 2001, cuando el vicepresidente Dick Cheney fue evacuado al búnker subterráneo ubicado bajo el ala.
El espacio, más tranquilo y menos político que el famoso Ala Oeste, fue el corazón del trabajo de las primeras damas estadounidenses y sus equipos. Jill Biden, Michelle Obama y Hillary Clinton mantuvieron allí sus oficinas.
Clinton reaccionó en la red X con un mensaje que se volvió viral: "No es su casa. Es tu casa. Y la está destruyendo".
Hasta esta semana, el Ala Este albergaba la oficina de visitantes, los calígrafos oficiales, el equipo legislativo y las dependencias de la Oficina Militar. Con su demolición, desaparece un símbolo de la vida cívica y social de la Casa Blanca que resistió más de un siglo de historia estadounidense.

