Puerto Viejo: uno de los restaurantes dominicanos más antiguos de NY, abierto desde 1986
Conoce la historia de la familia Abreu y su impacto en la escena gastronómica de Brooklyn.

La historia de la diáspora dominicana en Nueva York no solo se cuenta en las calles del Alto Manhattan o en sus festividades culturales. También se narra a través de su gastronomía, en los platos tradicionales que por décadas han acompañado a generaciones de inmigrantes.
Uno de los mayores símbolos de esa herencia es el restaurante Puerto Viejo, que junto a John´s Fried Chicken (fundado en 1974) y Margot (abierto en 1984 en Washington Heights), figura entre los restaurantes dominicanos más antiguos de Nueva York que han resistido el paso del tiempo y las dificultades de una ciudad en constante transformación.
Estos espacios se han consolidado como lugares de resistencia cultural y se han convertido en testigos vivientes de la lucha contra el desplazamiento urbano, además de guardianes de la memoria de miles de familias que en sus mesas encontraron un pedazo de su país.

Una historia familiar
Ubicado en Brooklyn, Puerto Viejo fue fundado en 1986 por Cristina y Eduardo Abreu, una pareja oriunda de Jarabacoa que emigró a Estados Unidos en busca de un mejor futuro. Cuatro décadas después, de la mano de sus hijos siguen manteniendo vivo un legado familiar basado en el amor y el servicio a la comunidad.
"La inspiración para abrir este restaurante vino de que mi papá quería volver a su país. Su idea era ahorrar lo suficiente con un negocio propio para construir su casa en Jarabacoa. Pero luego nació la familia y todo cambió", contó a Diario Libre Maritza Abreu, hija de los fundadores.
- Los Abreu se establecieron en 1976 en el Lower East Side, donde compartieron con la primera ola de inmigrantes cibaeños en Manhattan. Cristina llegó primero, en 1976; dos años más tarde lo hizo Eduardo, que era maestro en su pueblo natal y comenzó a trabajar como ayudante de cocina en restaurantes.
"Después de uno o dos años, se puso la meta de abrir su propio negocio. Ahorró lo suficiente, se asoció con otro dominicano y nació Puerto Viejo", recordó Abreu.

En sus inicios, el restaurante se hizo famoso por sus almuerzos a tres dólares, con arroz, habichuelas y carne, muy demandados entre los trabajadores de factorías e industrias de la zona.
Resurgir tras el fuego
Puerto Viejo enfrentó un duro golpe cuando un incendio lo destruyó por completo. Sin embargo, la familia Abreu decidió reconstruirlo con una nueva visión.
"Queríamos introducir un concepto más acogedor para los residentes del área y dar la bienvenida a los nuevos vecinos que no nos conocían. Sabíamos que, si no incorporábamos algo nuevo, íbamos a perder clientela", explicó Maritza.

La renovación incluyó un diseño que resalta la esencia de la cocina cibaeña, con detalles en madera y cemento que evocan la rusticidad de los hogares en el Cibao. "El espacio busca transportarte a un puerto, no solo con lo visual, sino también con los aromas y sabores de la comida caribeña", añadió.
El menú y el reconocimiento
Con el paso del tiempo, la propuesta culinaria se amplió. De un restaurante enfocado en comida para llevar, pasó a ofrecer una experiencia completa para familias y visitantes.
Puerto Viejo ha sido reconocido como uno de los mejores restaurantes de Estados Unidos especializados en cerdo. Entre sus platos más populares destacan el pernil, el bacalao —con una clientela fiel—, el rabo, el mofongo, el pastelón y el tradicional sancocho.
"El restaurante se reconoce por su arroz con habichuelas, por su pernil y por su bacalao. Todo se hace fresco diariamente; somos un restaurante scratch", enfatizó Abreu.

Un bastión cultural en Brooklyn
Puerto Viejo ha sobrevivido a los embates de la gentrificación y a la dura competencia gastronómica de Nueva York. A pesar de ello, se mantiene como un punto de encuentro comunitario y un testimonio del aporte dominicano a la vida de la ciudad.
Cuarenta años después de su fundación, sigue siendo más que un restaurante: es un pedazo de la República Dominicana en Brooklyn.
_
*Escríbanos sus inquietudes, sugerencias y comentarios a redaccionusa@diariolibre.com.