Amaya Sánchez, la voz lírica de Barahona que avanza en Dominicana’s Got Talent
Con solo 17 años, la joven soprano autodidacta conquista al jurado y deja claro que su sueño es tan grande como su talento

Amaya Sánchez llegó a la tercera edición de Dominicana’s Got Talent con la ilusión típica de quien ha apostado todo por un sueño… y salió de su audición convertida en una de las revelaciones del programa.
A sus 17 años, esta joven barahonera -orgullosa de venir de “La Perla del Sur”- pasó a la siguiente fase tras conmover al público y al jurado con una interpretación lírica totalmente autodidacta.
Su historia empezó frente al televisor
“Descubrí mi pasión por la música viendo DGT. Vi a una niña cantando ópera y le dije a mi papá:‘Papi, yo quiero ser como ella’”, cuenta entre risas. Desde entonces, se lanzó a cantar por toda la casa, incluso sin haber tomado nunca una clase formal. “Mi voz todavía tiene que madurar, pero estoy feliz de haber avanzado. Y el apoyo de papi siempre está ahí”.
Durante la audición, el jurado quedó sorprendido. Nashla confesó que conectó profundamente con su interpretación; Waddys afirmó que Amaya “no es solo una cantante, es una intérprete”; mientras Irving y Pamela siguieron atentos cada nota.
Para Amaya, la música es mucho más que un talento. “Es lo que más amo. Incluso en el colegio, cuando estaba en clase, yo decía: ‘No quiero hacer esto’ y me ponía a cantar en el baño”.
La música la acompaña en cada emoción, “en los momentos alegres, pero también en los tristes”, como un refugio creativo que siempre está disponible.
Si llegara a ganar el concurso, lo tiene claro: invertiría en su formación y en su familia, sus pilares fundamentales. Su mayor sueño es estudiar canto en un conservatorio y, algún día, representar al país como soprano en grandes escenarios.
También quiere crear espacios culturales donde se valore el arte lírico, una visión que combina con su otra pasión: la multimedia, carrera que empezará a estudiar como complemento artístico.
Entre el miedo escénico y la determinación

A otros jóvenes que tienen talento, pero sienten miedo, les deja un mensaje que nace de su propia experiencia:
- “No los voy a juzgar, porque yo también pasé por eso. Descubrí mi talento a los 9, pero empecé a cantar a los 15 por miedo escénico. Seis años con la voz escondida. Pero echen pa’lante, boten el miedo. Ustedes pueden”.
Amaya promete regresar a los escenarios y crecer aún más. Y si algo dejó claro en su audición es que su sueño está apenas comenzando… y que vale la pena seguirle la pista.