Kim Kardashian lanza una línea de tangas con vello púbico y se agota en menos de 24 horas
Cada modelo de tanga de Skims estaba disponible por 42 dólares y en una paleta de 12 tonos

En el siempre provocador universo de Kim Kardashian, la línea entre la moda, la ironía y la provocación se difumina cada vez más.
Su último lanzamiento bajo la marca Skims ha dado un paso más allá de la ropa interior tradicional: tangas decorados con vello púbico falso en 12 tonos distintos. Y ya están agotados.
Inspirada por un juego visual y conceptual que remite directamente a la expresión "¿Quién dijo que la alfombra tiene que hacer juego con las cortinas?", la campaña se presenta como una oda al vello femenino, un elemento históricamente silenciado o directamente eliminado en la narrativa visual y cultural.

Moda y pelo púbico: una pasarela setentera sin filtros
La campaña, lanzada en redes sociales, recrea un concurso de televisión con estética retro donde modelos subidas a peanas lucen los tangas pixelados de Skims.
La ambientación recuerda a los años 70, década dorada del vello natural, con estilismos que oscilan entre lo pop y lo kitsch, y con tangas que van del rubio platino al rojo fuego, pasando por un blanco canoso sorprendentemente elegante.
También hay variedad de texturas. Desde lo rizado más salvaje hasta el liso tabla. Todo, por 42 euros la unidad.
"La alfombra puede ser del color que quieras que sea", afirma la marca en sus redes, en un giro tan comercial como empoderador. Y aunque la frase podría sonar a marketing irónico, lo cierto es que el mensaje no ha pasado desapercibido: todas las unidades se agotaron en menos de 24 horas.
¿Gesto feminista o marketing hábil?
Las reacciones, como era de esperar, han sido de todo menos tibias. Desde quienes celebran la osadía de Kim como una genialidad visual y conceptual, hasta quienes tachan el producto de absurdo, innecesario o incluso ofensivo.
"Puedo dejar crecer mi propio vello, gracias", se lee en varios comentarios del Instagram de Skims, apuntando a una crítica recurrente: la monetización del cuerpo femenino por parte del capitalismo de moda.
Y es que, aunque Kim ya había lanzado productos polémicos (como el sujetador con pezones marcados que se volvió viral en 2023, pensado como herramienta de visibilidad para mujeres con mastectomías), esta nueva propuesta ha abierto otro frente de debate.
La historia del vello femenino: de tabú a tema trending
Lo que no se puede negar es que Kim ha puesto sobre la mesa (otra vez) un tema incómodo. Durante siglos, el vello púbico fue borrado de la representación artística: desde la Antigua Grecia hasta el Renacimiento, las figuras femeninas aparecían desnudas, pero cuidadosamente desprovistas de pelo en la zona genital.
La razón era clara: se asociaba con lo sexual, con lo carnal, con el pecado. Fue Gustave Courbet, con su célebre y escandaloso cuadro El origen del mundo (1866), quien se atrevió a mostrar el vello en primer plano y sin pudor.
Hoy, pese al discurso de empoderamiento corporal, las mujeres siguen sintiendo presión para depilarse. Aunque la obsesión por la depilación integral parece estar en declive, mostrar vello (sobre todo en Instagram, donde sigue siendo motivo de censura) sigue siendo un acto de resistencia.
Basta recordar cómo la artista Petra Collins fue censurada por mostrar vello púbico en una de sus imágenes, o cómo recientemente en Operación Triunfo se ridiculizó a una concursante por no depilarse las axilas.
