VIDEO | Carolina Herrera rinde homenaje a Madrid con diseños para una mujer global
La colección rindió tributo a mujeres como Paloma Picasso o la fallecida Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba
El director creativo de Carolina Herrra, Wes Gordon, ha querido escribir una carta de amor a Madrid con el desfile de Primavera 26, celebrado este jueves en la Plaza Mayor de la capital española, en lo que fue la primera vez que la firma mostró su colección principal fuera de Nueva York.
La vinculación de la fundadora de la firma, Carolina Herrera, y su familia con España, en especial de su hija Carolina Adriana, donde vive junto a sus hijos -nacidos de su matrimonio con el torero Miguel Báez 'el Litri'-, pesó para tomar la decisión de hacer este desfile en ese emblemático enclave -sin olvidar que la marca forma parte del grupo español Puig-.
La plaza había acogido desde festejos populares a coronaciones, corridas de toros y beatificaciones, pero nunca hasta ahora un desfile, lo que desencadenó el interés de curiosos y turistas que se sentaron en las terrazas de los apartamentos que dan a la plaza a contemplar una pasarela de lujo en primera fila.
Otros aparecían en los balcones, buhardillas e incluso en los tejados de los edificios y tampoco faltaban los que se pegaban a las vallas que circundaban la zona acotada.
Un lugar del que Gordon se enamoró y transformó con cenadores rosa palo, donde sentó a los invitados que no dudaron en corear las canciones, todas en español, que han sonado durante el desfile.
Modelos españolas internacionales como Esther Cañadas, Blanca Padilla o Maika Merino desfilaron por una pasarela de más de un kilómetro, con diseños que reflejan el Madrid más popular y el buen hacer de sus artesanos para una mujer global.
"Madrid siempre ha sido una de mis ciudades favoritas del mundo, rica en historia, arte y cultura", dijo el creador, al que inspiró el ritmo de la ciudad, su apetito por la vida y su energía, que "conecta profundamente con la mujer Herrera".
La colección rindió tributo a mujeres como Paloma Picasso o la fallecida Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, figuras que encarnan, para el creador, dramatismo y modernidad.
Las modelos recorrieron la zona central de la plaza con diseños que contenían tres motivos florales distintivos de Madrid: el clavel, bordado en hilo y 'jacquards'; la violeta, que hace referencia a los caramelos más tradicionales de la capital, con bordados tridimensionales; y la rosa del Retiro, cultivada en la histórica Rosaleda del parque madrileño más conocido.
Gordon quiso plasmar sobre los textiles la paleta de los cielos de Goya y la intensidad cromática de las películas de Almodóvar, en un juego donde los tonos azafrán subieron al rojo Herrera hasta llegar al burdeos.
No faltó tampoco el rosa eléctrico del atardecer intenso de Madrid; el lila violeta, el blanco puro y el negro, como en el espectacular vestido con el que se dio inicio el desfile.
No podían faltar las referencias taurinas en diseños con caderas que evocaban la montera de los toreros y pantalones entallados que recordaban al pantalón goyesco.

El diseñador estadounidense tampoco se olvidó del Madrid más castizo en mangas inspiradas en los vestidos de chulapa -el traje regional histórico madrileño- con hombros marcados, cinturas ceñidas y faldas con volantes reinterpretadas en clave Herrera.
La colección resultó ser una auténtica loa a la ciudad también en sus texturas, donde la lana incorpora cuadros que remiten al empedrado de la Plaza Mayor. Los encajes ligeros recordaban a las mantillas de las tiendas de la misma plaza, mientras que los bordados de rejilla de lúrex evocaban las celosías de sus ventanas.
La firma no cedió a su pasión por los lunares, un código muy personal en cada colección, en vestidos con volantes de líneas escultóricas.
De la propuesta
Como en otras ocasiones, cuando Carolina Herrera desfila fuera de la Gran Manzana, enriqueció su propuesta con colaboraciones especiales de artesanos locales, que en este caso pusieron en valor la artesanía española.
Fue el caso de Sybilla, que aportó su sensibilidad vanguardista en tres vestidos que engarzan con el adn de Carolina Herrera, a partir de su personal 'hilo invisible' y su particular manera de patronar.

Palomo reinterpretó la clásica camisa blanca de la firma, un icono, a la que incorporó cuellos con volantes y guiños a la sastrería 'vintage', en las que mezcló su romanticismo con las líneas depuradas de la firma.
Capas Seseña, un clásico de la historia de Madrid, fundada en 1901, realizó un homenaje al dandismo y al estilo de Reinaldo Herrera, esposo de Carolina fallecido en marzo de este año, una prenda que siempre le gustó lucir al matrimonio Herrera.
- Y Andrés Gallardo, un maestro de la joyería en porcelana, elaboró broches, pendientes y colgantes inspirados en el clavel, la flor de los castizos de San Isidro, donde predominaban las perlas, mientras que la firma Levens, especializada en joyas de vidrio de formas orgánicas, adornó varios 'looks' con pétalos y gotas de agua.
- El día terminó con una fiesta en la que la firma presentó presentado su nuevo perfume, 'La Bomba', del que es imagen la modelo Vittoria Ceretti.