Amaury Justo Duarte: memoria, política y sensibilidad en "Ideales y romances"
El diplomático y escritor dominicano explora, desde la novela, las pasiones y contradicciones de una generación marcada por la revolución, el exilio y la búsqueda de la democracia

En "Ideales y romances (El espíritu de una época)", Amaury Justo Duarte se aparta momentáneamente de sus reconocidos ensayos para adentrarse en una narrativa íntima que mezcla memoria personal, historia política y sensibilidad poética.
A través del personaje Aureliano Javier, el autor reconstruye la vida de los jóvenes revolucionarios dominicanos que enfrentaron cárceles, exilios, pérdidas y esperanzas en un tiempo marcado por la efervescencia ideológica y el peso de las grandes utopías.
La novela surge de su deseo de contar aquello que, según él, no aparece en las entrevistas ni en los relatos oficiales: los amores, los vínculos humanos, las contradicciones y los costos emocionales que acompañaron a quienes entregaron su juventud a la causa revolucionaria.
¿Qué lo motivó, específicamente, a escribir "Ideales y romances (El espíritu de una época)"´ ¿Por qué consideró necesario contar las historias personales, las pasiones y los afectos detrás de la militancia política?
La motivación que me inspiró para escribir "Ideales y Romances" fue redactar en forma novelada la historia por la que transitaron centenares de jóvenes dominicanos a la víspera de la caída de la dictadura y en los años posteriores influenciados por las corrientes revolucionarias.
Usted es conocido por sus ensayos históricos y políticos. ¿En qué se diferencia esta novela de sus anteriores publicaciones y qué le permitió expresar el formato narrativo que el ensayo no lograba transmitir?
Mis ensayos sociológicos anteriores son investigaciones frías de las luchas políticas y otros temas, pero no abordan la vida personal de los involucrados en estas luchas o temas.
Por el contrario, "Ideales y Romances" es una historia novelada donde se mezclan dos realidades, por un lado, el personaje integrado en la actividad política revolucionaria, y, por otro lado, sus pasiones.

Aunque cambia los nombres, la obra tiene un fuerte componente autobiográfico. ¿Cómo logró equilibrar la memoria personal con la construcción literaria para que el relato se sintiera real sin perder su tono de novela?
Aurelio Javier personifica a cualquier joven de la época integrado de lleno a la actividad política de izquierda. Es un espejo de lo que ocurría con la juventud de ese tiempo.
Ciertamente, equilibrar la memoria personal con la construcción literaria no fue fácil, pero creo que hice un esfuerzo de imaginación para lograr a través de un estilo sencillo narrar vivencias que despertaran interés y suspenso en el lector.
Relatos como " Vivencias al interior de la dictadura", "Solitaria" " En el infierno de Pinochet", entre otros, son ejemplos de experiencias en esos años difíciles.
En la novela se entrelazan distintos planos como el histórico, el revolucionario y el romántico, además de un vaivén entre presente y pasado. ¿Cómo trabajó esta estructura y qué buscaba provocar en el lector con ese ritmo?
Mezclar distintos planos (pasar del presente al pasado y viceversa) fue un reto. De hecho, mis lecturas me ayudaron. Me di cuenta que ese método podía provocar en el lector el interés.
Al hurgar en el pasado del personaje el relato muestra el proceso de su toma de conciencia y a partir de su involucramiento en la militancia política que le traería prisión y destierro.
Pero, al final, el personaje ajusta cuentas con sus ideales iniciales y los modela ajustándolo a una visión más acorde con la realidad dominicana.
Las "mujeres intrépidas" y los personajes que acompañan a Aureliano Javier aportan una mirada muy humana. ¿Qué papel juegan estas figuras en la historia y qué quiso reflejar a través de ellas sobre el amor y la lealtad en tiempos difíciles?
"Mujeres intrépidas" son capítulos que relatan el papel de mujeres vinculadas a la lucha revolucionaria en esos años difíciles.
Mujeres como esas personificaban a su nivel la lealtad a la causa, pero también sus sinsabores por la incomprensión de sus parejas y la estrechez de miras y el sectarismo de los grupos revolucionarios en que militaban.
Su narrativa mezcla reflexión política con sensibilidad poética. ¿Cómo describiría el proceso de encontrar la voz literaria adecuada para contar una historia tan personal sin que se convirtiera en un discurso político?
Combinar la reflexión política con la sensibilidad poética no fue fácil lograrlo. Ciertamente, evitar el panfleto político era un objetivo primario. Espero haberlo alcanzado. Los capítulos 13 y 29 ("Solitaria" y "La Artista y sus reminiscencias") son ejemplos.
Como puede observar el lector los ideales y los romances no son contradictorios. En esta historia novelada se describe la realidad que enfrentaron centenares de jóvenes revolucionarios con sus parejas en la época comentada.
A veces, como es el caso de Aurelio Javier esos romances no tuvieron feliz término. Pero, en otros casos perduraron hasta el día de hoy.
Más allá de los hechos históricos, el libro retrata los sueños, las pérdidas y la pasión de una generación. ¿Qué espera que los lectores jóvenes comprendan o sientan al encontrarse con Ideales y romances?
A los jóvenes de hoy, la lectura de "Ideales y Romances" les puede servir de enseñanza para enfrentar la vida.
Primero para conocer la historia moderna y segundo para comprender los ideales de los jóvenes de esa época, no para repetir sus errores, sino para evocar sus virtudes, el amor a su país y la solidaridad con los pobres.
Hoy los ideales de la juventud actual son diferentes, pero las metas son las mismas: la lucha por un país mejor.


Joan Prats