La microbiota infantil: el pilar olvidado de la salud en los primeros años
El impacto de la nutrición en los primeros meses de vida del bebé

La ciencia nos lleva años diciendo que los primeros mil días de vida son decisivos para sembrar un sistema digestivo y un sistema inmune fuertes. Y, sin embargo, seguimos subestimando su impacto.
En una reciente conversación con el Dr. Guillermo Álvarez Calatayud, pediatra experto en microbiota y nutrición infantil, reforzamos justamente ese punto: cómo el inicio de la vida define la salud digestiva y metabólica del niño.
Factores tan comunes como una cesárea, el uso temprano de antibióticos o la suspensión de la lactancia materna pueden modificar profundamente la composición de la microbiota del bebé. Y aunque estos escenarios no siempre pueden evitarse, sí existen formas claras de "reencarrilar" el sistema digestivo en los primeros meses.
El doctor lo explicó de forma muy directa: la microbiota de los bebés nacidos por cesárea o expuestos a antibióticos tiende a ser más vulnerable. Y en esos casos, las decisiones nutricionales no son un detalle, sino la herramienta más poderosa que tenemos para equilibrar lo que la naturaleza diseñó.
¿Puede la alimentación realmente influir en la dermatitis atópica?
Fórmulas con HMO: una herramienta cada vez más valiosa
Aunque la lactancia materna es insustituible, los avances en fórmulas infantiles han permitido acercarse mucho más a su perfil funcional.
Las fórmulas que contienen HMO (oligosacáridos de la leche humana) no son un adorno comercial: tienen el potencial real de reducir cólicos, mejorar la consistencia de las heces, disminuir infecciones y apoyar el sueño del bebé
Probióticos: no todos sirven para todo, y ese es el problema
Uno de los errores más frecuentes es usar "el probiótico de moda" sin saber qué cepa se necesita. Como señaló el Dr. Álvarez, cada probiótico tiene una función específica.
La cepa que ayuda en el cólico no es la misma que trabaja el estreñimiento o la que previene diarrea por antibióticos. Elegir sin guía médica puede llevar a frustraciones, dosis inadecuadas o expectativas irreales. Y sí: deben separarse de los antibióticos y conservarse correctamente.
Alimentación complementaria: el verdadero entrenamiento para la microbiota
Una microbiota fuerte se cultiva con alimentos reales. A partir de los seis meses, frutas, verduras, cereales integrales, avena, legumbres y lácteos fermentados se convierten en los "fertilizantes" del intestino.
La moda del BLW puede funcionar para algunas familias, pero lo importante no es el método, sino la calidad y variedad de los alimentos, siempre guiados por un profesional.
Niños que enferman mucho: la microbiota también juega
Los niños de guardería viven expuestos a virus constantemente, y aunque esto ayuda a madurar su inmunidad, sí podemos apoyar su sistema con tres pilares simples: vacunas al día, probióticos con evidencia y una dieta rica en fibra y alimentos fermentados.
La nutrición infantil no se trata solo de "comer bien"; se trata de construir la base biológica que acompaña al niño toda su vida. Y ese trabajo empieza desde el primer día.
Como profesionales, es nuestro deber traducir la ciencia en pasos concretos y accesibles para las familias. Porque cuando entendemos la microbiota, entendemos al niño.

Erika Pérez Lara