Guía de cuidado para padres con hijos prematuros
Recomendaciones esenciales para cuidar y proteger a los hijos prematuros en sus primeros meses de vida

La llegada de un bebé siempre marca un antes y un después. Es celebración, expectativa y ternura. Entre reuniones familiares, fiestas de revelación de sexo y preparativos, todo parece girar en torno a la espera.
Pero cuando ese gran momento se adelanta más de lo previsto, la alegría se mezcla inevitablemente con incertidumbre. Un nacimiento prematuro trae consigo desafíos que requieren cuidados especiales y el acompañamiento de un personal capacitado.
Las cifras hablan por sí solas: más de uno de cada diez bebés nace antes de tiempo. Las probabilidades de supervivencia varían enormemente según el país.
En aquellos con ingresos altos, más del 90 % de los bebés extremadamente prematuros logran sobrevivir; en los de ingresos bajos, menos del 10 %. La diferencia principal suele ser la disponibilidad de atención médica adecuada.

"El cuidado del prematuro es un reto importante para neonatólogos y padres. Consideramos prematuros a todos los bebés nacidos antes de las 37 semanas de gestación. Mientras más temprano nacen, más complejo y comprometedor es el proceso", explica el doctor Erwin García Alterio, pediatra neonatólogo consultado por Diario Libre.
Generalmente -señala-, los bebés nacidos antes de tiempo reciben el alta cuando ya han alcanzado un nivel suficiente de adaptación a la vida extrauterina.
"Al momento de irse a casa, el bebé debe poder respirar sin dificultad. Muchos tienen apneas, pausas respiratorias que requieren tratamiento con medicamentos debido a su inmadurez", agrega.
Además de la respiración, existen otros desafíos inevitables:
- El desarrollo aún incompleto de los mecanismos de termorregulación.
- La inmadurez de su sistema digestivo, que todavía no produce todas las enzimas necesarias para una digestión eficaz.
- Y una larga lista de posibles complicaciones que requieren vigilancia especializada.
Por eso, tras salir del hospital, deben mantenerse controles estrictos de cardiología y oftalmología —incluyendo un estudio de retina alrededor de los 30 días—, además de pruebas auditivas y metabólicas como la conocida prueba del talón.
Consejos para los padres
El doctor García Alterio comparte recomendaciones esenciales para abordar las complicaciones más frecuentes:
1. Un ambiente adecuado en casa. El prematuro necesita un entorno térmico neutro, donde la temperatura corporal se mantenga entre 36.5 y 37 °C. La luz tenue, la humedad equilibrada y un ambiente tranquilo son aliados importantes, pues cada día debe ganar alrededor de 35 gramos.
Tanto el frío como el exceso de calor pueden resultar perjudiciales: el silencio y la paz son parte del tratamiento.
2. Dormir cerca... pero con seguridad. Se aconseja que durante sus primeros meses duerman en la misma habitación que sus padres -pero nunca en la misma cama-, siempre boca arriba y arropados hasta el nivel de las tetillas con una manta acorde a su temperatura.
Esta práctica reduce el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante, especialmente frecuente en prematuros.
Alimentación: la leche materna como base. La lactancia materna sigue siendo insustituible. En algunos casos, puede ser necesario fortificarla con productos especiales que aumentan el aporte calórico para favorecer un crecimiento adecuado. Aun así, ninguna fórmula iguala las propiedades naturales de la leche materna.
La rutina diaria
- Aseo corporal. Es fundamental organizar todo lo necesario antes del baño: agua tibia (preferiblemente potable o comercial), toallas, aceites y cremas. Tras el baño, el bebé debe secarse con delicadeza y aplicarse productos que mantengan su piel hidratada.
- Baños de sol. La mejor hora es alrededor de las diez de la mañana. El bebé debe exponerse al sol con la menor ropa posible, evitando siempre hacerlo a través de un cristal, ya que puede intensificar el calor y causar quemaduras.
- Vida en familia: el método "bebé canguro". El contacto piel con piel es una medicina emocional y física. Arrullar al bebé, cantarle con suavidad, acompañarlo con música clásica —preferiblemente Mozart— y acariciarlo le ofrece seguridad y estimulación. También es un momento de fortaleza para los padres, que deben apoyarse mutuamente con afecto.
- Vacunación. El esquema de vacunación debe iniciarse al cumplir los dos meses de vida posconcepcional corregida, como si el bebé hubiese nacido a término. Se recomienda especial atención a la vacuna contra el virus sincitial respiratorio (VSR).

Norys Sánchez