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Palabras que ruedan y migran

Cuando leemos en español, leer es más que nunca abrazar la diversidad

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Palabras que ruedan y migran
El mestizaje de las palabras: una herencia compartida. (FUENTE EXTERNA)

Los que me han leído en estas últimas semanas habrán notado que todo lo aprendido en Arequipa, en el Congreso Internacional de la Lengua Española, colea todavía en estas Eñes. Cuando recibí la propuesta de participar en una mesa titulada «Claridad, mestizaje y creación literaria», el primer pensamiento que cruzó por mi cabeza fue «están locos estos académicos». Sin duda el planteamiento me pareció contradictorio. Sin embargo, si se ahonda en él, como necesité hacer yo después de mi primera reacción, y como les propongo a ustedes hacer hoy, quizás, esta contradicción lo es solo en apariencia. Hablemos hoy de mestizaje, esa ´mezcla de culturas distintas, que da origen a una nueva´. Los hispanohablantes más que nadie sabemos de esto, porque el mestizaje se encarna en nosotros y en nuestra cultura.

El lenguaje literario es, sin duda, mestizo. ¿Qué hecho relacionado con la creación, con la cultura, con el ser humano, no lo es? Si nos atenemos a la definición de la palabra mestizo, mestiza del Diccionario de la lengua española, en su acepción número tres encontramos: ´Dicho de una cultura, de los hechos espirituales, etc.: Provenientes de la mezcla de culturas distintas´. La lengua es uno de esos hechos de cultura y las palabras son la materia prima de la creación literaria. La literatura que escribimos en español es necesariamente mestiza, porque nuestra lengua está marcada por el mestizaje a lo largo de su historia. Los que hablamos en español, los que escribimos y los que leemos en español, estamos marcados por el mestizaje, aunque tantas veces nos cueste reconocerlo.

Somos mestizos, siempre lo hemos sido. Y con nosotros lo es nuestra lengua. Esta condición está, por tanto, esencialmente ligada a nuestra literatura. Cuando leemos en español, leer es más que nunca abrazar la diversidad.

Nos hacía ver Antoine Compagnon, en su ensayo ¿Para qué sirve la literatura?, que la literatura nos permite «preservar y transmitir la experiencia de los otros, de aquellos que están alejados de nosotros en el espacio y en el tiempo, o que son distintos a causa de sus condiciones de vida. Nos hace sensibles al hecho de que los otros son muy diversos, y sus valores son diferentes de los nuestros». Y añado, nos hace sensibles al hecho de que las palabras de los otros, aun hablando la misma lengua, pueden ser muy diferentes a las nuestras. Y las palabras de los otros son también nuestras. La literatura escrita en español tiene la extraordinaria riqueza de que cada una de sus creaciones, siendo la expresión personal y subjetiva de un creador, lleva en su seno palabras que, a pesar de sus historias particulares, son patrimonio compartido para casi seiscientos millones de seres humanos.

Echemos mano del lenguaje literario para expresar nuestra inherente condición mestiza como hispanohablantes. Nada menos que a las palabras del poeta Pablo Neruda cuando en Confieso que he vivido nos recuerda: «Todo está en la palabra... [...] tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces...». Nuestras palabras y nosotros con ellas, o ellas con nosotros, no paran de rodar por el río, de transmigrar de patria, de ser raíces.


TEMAS -

María José Rincón González, filóloga y lexicógrafa. Apasionada de las palabras, también desde la letra Zeta de la Academia Dominicana de la Lengua.