Mi hija me desafía y no sé cómo manejarlo
No es rebeldía, es una llamada de atención emocional

Pregunta: Hola, Dra. Simó. La razón por la que le escribo es que me siento mal y sin saber cómo accionar ante lo que me ocurre. Soy mamá de dos bellezas, uno de 15 y otra de 12. Antes decía que no era posible tener hijos favoritos, pero creo que me tocó vivirlo.
Mi hijo (de 15 años) es un chico bueno, responsable, atento a sus tareas, buen estudiante. Pero pasa que su hermana (de 12 años) también es buena hija, solo que tiene un temperamento que saca lo peor de mí: me responde, no hace las cosas cuando se las mando y siento que debo repetirle demasiado.
No quiero ser así, pero ella tiene la facilidad de hacer que, con una sola reacción, me salga la ira. Le hablo mal y siento que eso hará que nunca confíe en mí.
Cuando el padre también se divorcia de su hija
Respuesta
Los hijos vienen al mundo a recordarnos nuestras heridas de infancia, nuestras dinámicas relacionales con las figuras de autoridad y nuestros apegos. También sucede que nos conectan con personas que marcaron nuestra vida.
Lo primero que te diría es que pienses a quién se parece tu hija, si a ti o a su papá. Y segundo, cuando ella ignora tus mandatos, ¿qué significa para ti? Me gustaría que analices si necesitas tener control de todo o si eres una mamá que sabe lidiar con las diferencias de personalidad.
La crianza es uno de los trabajos más demandantes que existen. No tiene principio ni fin y, a pesar de todo lo que invertimos, nuestros hijos vienen a recordarnos aspectos de nuestra propia crianza. Muchas veces, esas experiencias nos conectan con situaciones o personas que nos marcaron, para bien o para mal.
Es momento de que reconozcas que cada uno de tus hijos es diferente. Aunque hayan nacido en la misma familia, cada uno llegó en momentos distintos, bajo circunstancias, emociones y estresores propios. Eso hace que la crianza sea única en cada caso, y es fundamental aceptar y respetar sus personalidades.
Aprende a ver a tu hija sin compararla con su hermano. Acepta todo lo que implica ser ella y dedícale tiempo de calidad.
Muchas veces los niños y adolescentes no tienen las herramientas para expresar lo que sienten con palabras, y lo hacen a través de su conducta. Si, después de intentarlo, sientes que la relación no mejora, te recomiendo acudir a terapia familiar.

Ana Simó