Siete consejos para enseñar a los niños a compartir sin forzarlos
Enseñarlos a compartir es una tarea esencial para ayudarlos a desarrollar empatía, respeto y habilidades para relacionarse de manera sana con los demás

Como padres, una de las prioridades al momento de criar es formar en valores, por lo que enseñarlos a compartir se convierte en una tarea esencial para ayudarlos a desarrollar empatía, respeto y habilidades para relacionarse de manera sana con los demás.
Pero lograrlo no es tan fácil. Esto se debe a que para los pequeños los objetos no son solo "cosas": representan su territorio, su identidad y su sensación de seguridad.
Entonces, ¿cómo ayudarlos a compartir sin forzarlos? Te compartimos siete estrategias efectivas para fomentar este hábito de manera natural y respetuosa.
1. Predica con el ejemplo
Los niños aprenden observando. Si ven que sus padres comparten con otros, ya sea comida, tiempo o recursos, lo incorporarán como algo cotidiano. Pequeños gestos, como ofrecer una bebida a otra persona o turnarse para usar un objeto en casa, enseñan más que mil explicaciones.
Al hacerlo, es importante nombrar la acción: "Mamá está compartiendo su manta contigo porque quiere que también te sientas cómodo". Así el niño asocia la conducta con una emoción positiva.
2. Evita obligar o avergonzar
Frases como "¡Tienes que compartir!" o "No seas egoísta" pueden tener el efecto contrario al deseado. Obligar a un niño a ceder sus pertenencias lo hace sentir invadido y puede generar rechazo hacia la idea de compartir.
En lugar de presionar, ofrece opciones: "¿Quieres prestar tu juguete ahora o cuando termines de usarlo?". Esto les da control sobre su decisión y los ayuda a practicar la empatía sin sentirse forzados.
3. Usa el turno como herramienta
El concepto de "esperar el turno" es más fácil de entender para los niños pequeños que el de "compartir". Jugar por turnos les enseña que todos tendrán su momento y que el hecho de que otro use algo ahora no significa perderlo.
Puedes decir: "Ahora juega tu hermano cinco minutos y luego te toca a ti". Además, usar un temporizador o una canción corta puede hacer que el cambio de turno sea más divertido y predecible.

4. Refuerza las conductas positivas
Cuando el niño comparte por iniciativa propia, aunque sea algo pequeño, reconoce el gesto sin exagerar. Por ejemplo: "Vi que le prestaste tus colores a tu amiga, eso fue muy amable de tu parte". Este tipo de refuerzo positivo ayuda a que el niño asocie la generosidad con emociones agradables y orgullo personal.
5. Crea espacios seguros para decidir
Permite que tu hijo tenga objetos que no esté obligado a compartir. Esto le enseña que tiene derecho a decir "no" y que sus límites son respetados. Si sabe que sus cosas importantes están seguras, estará más dispuesto a compartir otras.
Puedes decirle: "Estos juguetes son tuyos y puedes decidir si los prestas o no; los demás son para jugar con tus amigos". La elección fortalece su autonomía y reduce la ansiedad de "perder" algo valioso.
6. Habla sobre emociones
Antes de pedir que comparta, ayúdalo a entender qué siente. Si se muestra molesto, valida su emoción: "Veo que no quieres prestar tu coche, te gusta mucho".
Luego, anímalo a pensar en cómo se siente la otra persona: "A tu primo también le gustaría jugar un rato". Este tipo de conversación desarrolla empatía y pensamiento reflexivo, elementos clave para una generosidad auténtica.
7. Transforma el compartir en experiencias
Compartir no siempre implica objetos. Puedes fomentar la idea a través de experiencias colectivas, como cocinar juntos, armar un rompecabezas en familia o cuidar una planta entre varios. De este modo, el niño aprende que lo más valioso no es lo que se entrega, sino lo que se vive con otros.
