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Inclusión escolar
Inclusión escolar

El alto costo de aprender siendo diferente

La falta de recursos y apoyo especializado deja a muchos niños fuera de las aulas

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El alto costo de aprender siendo diferente
Los maestros sombras, cuya función principal es facilitar la inclusión escolar, son profesionales de la educación que brindan apoyo individualizado a estudiantes con necesidades educativas especiales. (SHUTTERSTOCK)

Como cada mañana, Luisa se levanta temprano a preparar el desayuno y alistar la mochila de su hijo. De camino a la escuela siempre va hablándole de cómo debe comportarse y que preste atención a los maestros, al mismo tiempo que espera un poco de paciencia de los docentes hacia su hijo.

Joel tiene 7 años y fue diagnosticado con autismo y trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Le gusta dibujar y sueña con ser astronauta. Sus padres, con mucho esfuerzo, pagaban una escuela privada, lugar al que asistió solamente durante dos meses, donde las acomodaciones prometidas nunca fueron implementadas.

Luego de varias notas de advertencias ante la falta de adaptación del niño al sistema, llegó la inesperada llamada informándole a los padres de que la única opción para poder mantener al niño en el colegio era de hacerlo acompañar de una maestra sombra.

"Nos dijeron que necesitaba apoyo constante y que sin acompañamiento no podía seguir en la escuela, con el dolor de mi alma tuve que retirarlo porque es algo que no podemos pagar", dice Luisa.

Entre la ilusión y la impotencia, esta es la historia que se repite en cientos de familias dominicanas, donde la falta de apoyo especializado deja a muchos niños fuera del sistema y, aunque las leyes garantizan inclusión, muchos de los centros educativos no cuentan con los recursos para hacerla realidad.

Por otro lado, muchas familias se ven obligadas a renunciar a sus puestos de trabajo para quedarse en casa y asumir el rol de maestros de sus propios hijos. Dan la milla extra y entregan todo con tal de ver a sus niños aprender a su propio ritmo y en un entorno libre de prejuicios.

A pesar de ver puertas cerradas y cómo se truncaban los sueños de su hijo, Luisa está consciente de que rendirse no es una opción, por lo que convirtió un pequeño espacio de su casa en un aula improvisada para Joel.

Sobre una mesa, que funge como escritorio, están sus libros, cuadernos, lápices de colores, materiales educativos y una pequeña pizarra enganchada en la pared donde le enseña a leer y escribir. 

"Quisiera que mi hijo pudiera regresar al aula en un futuro y que no lo vean como un problema, sino como alguien que tiene ganas de aprender pero de una manera diferente a los demás", expresa Luisa esperanzada.

Maestra sombra

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Infografía

Los maestros sombras son profesionales de la educación que brindan apoyo individualizado a estudiantes con necesidades educativas especiales.

Su función principal es facilitar la inclusión del estudiante, ayudando en la adaptación curricular y en el desarrollo de habilidades sociales y de autonomía. Trabajan en conjunto con el maestro titular para asegurar que el estudiante reciba el apoyo necesario para su aprendizaje.

Contratar una maestra sombra puede costar entre 15,000 y 30,000 pesos mensuales, sin incluir terapias, transporte ni el pago de la matrícula escolar de las instituciones privadas.

Hasta el momento, la figura de maestra sombra no está integrada formalmente en el sistema educativo público.

Inclusión en papel, exclusión en la práctica

La Ley General de Educación 66-97 y la Ley 5-13 sobre Discapacidad establecen el derecho de todos los niños a recibir una educación inclusiva y de calidad.

En el papel, el compromiso queda plasmado, pero la realidad es que las brechas dentro del sistema educativo son bastantes profundas y el peso recae en las familias, quienes deben asumir los costos de terapias, materiales y acompañamiento.

Según datos del Consejo Nacional de la Discapacidad (CONADIS), más del 70 % de los centros educativos no cuenta con personal capacitado para atender estudiantes con necesidades especiales.

La inclusión no solamente consiste en aceptar un niño en el aula, sino que se debe crear un ambiente ajustado a sus necesidades para lograr el aprendizaje.

Se necesitan docentes capacitados en educación especial, materiales de apoyo visuales, ajustes curriculares, apoyo psicológico y emocional, pero sobre todo mantener políticas sostenidas y darle seguimiento al programa.

Hablar de inclusión escolar en República Dominicana es hablar de esperanza pero también de cansancio. De padres que no se rinden, que se convierten en maestros, terapeutas y guías sin salario y de niños que solo quieren aprender aunque el sistema les dé la espalda.

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