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Delitos ambientales
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VIDEO | Genética forense: ¿una aliada contra los delitos ambientales?

Experta dice que a través del análisis de ADN se puede fortalecer la capacidad judicial para proteger la naturaleza

La genética forense, que se centra en analizar pruebas e identificar a individuos con base en el ADN, ha ampliado su campo de acción más allá de los delitos comunes, según especialistas que consideran esta herramienta una aliada en la lucha contra los crímenes ambientales.

El impacto del análisis de ADN en crímenes ambientales fue uno de los temas centrales de la XXI Reunión del Grupo Iberoamericano de Trabajo en Análisis de ADN (Gitad) y de la V Jornada de Actualización Científica para Jueces y Abogados, auspiciada por Referencia Laboratorio Clínico.

Eileen Riego, supervisora general del Departamento de Genética Molecular de Referencia, explica en qué consiste la genética forense orientada a los crímenes ambientales: "Es la posibilidad de recoger objetos dejados en las escenas en las que se ha cometido un delito ambiental, como la tala indiscriminada, el tráfico de especies en peligro de extinción o la contaminación".

La ejecutiva indicó que, tras la recogida de estas pruebas, "se podría hacer un levantamiento, obtener un perfil de ADN humano y vincular ese hecho con un imputado y, sobre todo, contar con una base de datos que identifique a ese sospechoso, que posiblemente sea reincidente".

El tema fue tratado por la presidenta de la junta directiva del Gitad, la bacterióloga Luz Londoño Vargas, durante la ponencia "El ADN como testigo silencioso: genética forense en la lucha contra el crimen ambiental", donde coincidió con Riego al señalar que el análisis de ADN en este tipo de delitos ya se emplea en países de la región como Brasil y Colombia. 

Durante su intervención, Londoño sostuvo que los delitos ambientales no son nuevos, sin embargo, en los últimos años han adquirido la misma importancia que otros casos que se observan diariamente, ya que la protección de los recursos naturales está contemplada en las legislaciones de muchos países.

La presidenta del Gitad explicó que el ADN ambiental —el material genético que permanece en el agua, el aire o el suelo— permite detectar especies presentes en un área sin necesidad de capturarlas. La novedad, dijo, radica en vincular el ADN humano con el delito ambiental, identificando directamente a los autores. 

¿Qué buscar en una escena de crimen ambiental?

Ante la pregunta de dónde localizar el daño humano y qué tipo de muestras se pueden encontrar, Londoño explicó que dependerá de distintos escenarios y tipos de delito. En un caso de caza furtiva, se puede encontrar ADN humano a través de restos de células cutáneas, sangre o saliva del cazador.

  • En una escena de tala ilegal, el ADN humano (sudor o restos de piel) puede analizarse en herramientas, por ejemplo, en los mangos de sierras, hachas, motosierras o en guantes desechables.
  • En un escenario de tráfico de especies o de productos, los rastros del infractor pueden hallarse en empaques, cajas, vehículos de transporte o en el propio animal o producto traficado.
  • Londoño cita también casos de contaminación o vertido ilegal, donde el ADN puede encontrarse en objetos abandonados en la escena, como latas, botellas, envases o prendas desechables. 

Desafíos

Londoño advirtió sobre los desafíos técnicos que plantea este tipo de investigación, como el riesgo de contaminación cruzada o de mezclas de ADN en escenarios abiertos. Por ello, insistió en la necesidad de una cadena de custodia rigurosa y de laboratorios acreditados que garanticen la validez de la prueba científica ante los tribunales.

"El ADN humano en la escena de un delito ambiental es la prueba de vinculación: transforma un caso de simple tráfico de especies en una persecución penal individualizada; no obstante, su uso exige una metodología forense impecable para garantizar su admisibilidad y fiabilidad ante un tribunal", indicó la especialista.

Primeros pasos

Consultada sobre los primeros pasos para aplicar estas herramientas en la persecución de delitos ambientales, Luz Londoño citó la educación y capacitación del personal que se encuentra en la escena, para que sepa qué está recolectando.

"El segundo paso es saber qué se hace con esos vestigios o elementos materiales probatorios que se dejan en la escena. Es decir, el fiscal debe estar también bien formado y conocer todo el contexto que rodea al delito ambiental", añadió.

"Algo fundamental es saber qué hago con esos vestigios y con esos elementos probatorios y a dónde los voy a enviar, con qué objetivo y qué voy a solicitar. Yo no puedo recoger un bolso entero. ¿Por qué? Porque lo que voy a hacer es entorpecer la investigación", agregó Londoño.

TEMAS -

Egresada de la UASD de la carrera de Comunicación Social, mención Periodismo. Ha participado como colaboradora en programas radiales y como periodista en El Nuevo Diario y Diario Libre.