La Santa Marta no hizo el milagro
Ausencias y desencanto en la CELAC-UE
La IV Cumbre CELAC-UE terminó en Santa Marta sin pena ni gloria. De los 70 países convocados, apenas nueve enviaron jefes de Estado o de Gobierno. Las ausencias fueron el verdadero mensaje.
Ni la cercanía con la COP30 ni los discursos reciclados sobre cooperación atlántica despertaron entusiasmo. Europa vino distraída, América Latina desganada. El más vociferante, Pedro Sánchez, habló mucho y representó poco: gobierna asido a un hilo y ni siquiera puede aprobar los presupuestos.
En Bruselas ya no lo escuchan; en la región, nadie lo esperaba. Gustavo Petro soñó con una cumbre histórica y amaneció con una reunión fantasma.
