Apertura a la esperanza
El poder transformador de la educación en la República Dominicana
El inicio del año escolar es siempre una puerta abierta a la esperanza. Desde ayer, casi tres millones de niños y adolescentes se enfrascan en la tarea de aprender. Cada cuaderno abierto, cada lección compartida y cada maestro frente a sus alumnos representan un peldaño más en el camino hacia la buena ciudadanía.
El retorno a las aulas no es un hecho menor. En él se juega, de manera silenciosa pero trascendente, la posibilidad de transformar vidas y de asegurar el porvenir de la nación. La educación abre oportunidades que ninguna otra política pública consigue con la misma profundidad.
Las autoridades han realizado un esfuerzo considerable para garantizar un inicio ordenado. La presencia activa del Gobierno en actos de apertura a lo largo del país transmite un mensaje claro: se reconoce que la educación constituye el verdadero futuro de la República Dominicana. Ese gesto es alentador, aunque debe ser acompañado de resultados concretos.
El entusiasmo de los primeros días necesita traducirse en aulas en buen estado, maestros motivados, materiales entregados a tiempo, transporte escolar seguro y comedores que funcionen. Si esas condiciones se cumplen, la esperanza que hoy ilumina a millones de familias se convertirá en realidad. Lo contrario sería postergar, una vez más, el mañana.