El impacto del narco
Lidom debe proteger su integridad, su credibilidad y, más que nada, su reputación
En esta columna escribí la semana pasada sobre la necesidad de proteger las instituciones, por encima de los individuos, tomando en consideración que estas se mantienen en el tiempo y son las que sostienen, a largo plazo, la fortaleza de las sociedades.
En nuestro país, una de las instituciones más valoradas y de mejor reputación es la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana.
Y, dentro de la misma, las Águilas Cibaeñas son un símbolo de excelencia, de gallardía, de éxito. En su historia han contado con hombres y mujeres extremadamente valiosos para esta sociedad.
Pero, hay un tema del que Lidom no quiere hablar, y Las Águilas se limitaron a emitir un escueto comunicado. Aunque se trata de un hecho que afecta la credibilidad de todo el sistema de béisbol.
El tesorero del equipo, Fabio Augusto Jorge-Puras, investigado por narcotráfico, es vinculado a una red internacional que venía operando en el país desde la época del exconvicto Quirino Ernesto Paulino Castillo y por la que han sido procesadas varias personas, incluyendo al exdiputado Miguel Gutiérrez, quien cumple una condena de 16 años de prisión en Estados Unidos.
Desde hace años, Jorge-Puras es reconocido como el hombre fuerte detrás de la novena cibaeña. Su cuñado es el presidente del equipo y su hermana, esposa del presidente, es vocal.
Recientemente, la plancha que perdió las elecciones internas de las Águilas Cibaeñas hizo imputaciones y presentó impugnaciones al proceso. Hoy, un accionista reclama que la directiva completa -la que recibió el apoyo de Jorge- sea destituida.
La presunción de inocencia es uno de los derechos que más defiendo, pero también hay que tomar en consideración una frase histórica: la mujer del César no solo debe ser honrada sino también parecerlo.
La Junta de Directores de Lidom debe proteger su integridad, su credibilidad y, más que nada, su reputación en tiempos donde el narco lo arropa todo.