En política exterior no hay partidos
La madurez política dominicana se impone en temas de seguridad
En un gesto poco común en la política dominicana, los dos principales líderes de la oposición —Danilo Medina y Leonel Fernández— fueron informados de manera anticipada sobre decisiones sensibles de la política exterior. No se trató de un formalismo protocolar, sino de una práctica deliberada de transparencia y de la convicción de que en materia diplomática no hay espacio para banderías. Así ocurrió con el acuerdo que permitirá a Estados Unidos utilizar infraestructura aérea dominicana en operaciones contra el narcotráfico en el Caribe.
El Gobierno apostó por informar antes de anunciar, y la oposición respondió con seriedad. Hubo buena disposición para escuchar, ponderar y reconocer que estos movimientos forman parte de un esfuerzo mayor por blindar al país frente a amenazas regionales que no admiten improvisaciones. En un momento en que el Caribe vive tensiones crecientes y se multiplican las rutas del crimen organizado, dar pasos coordinados no es solo prudente: es una obligación de Estado.
Ese intercambio maduro no convierte a nadie en aliado ni silencia diferencias políticas. Simplemente muestra que, cuando se trata de la seguridad nacional y de la posición internacional del país, todavía es posible actuar con responsabilidad.
