La eficiencia de nuestra Policía Nacional
Más allá de la fuerza bruta, el rigor policial que derrota a la delincuencia
La rapidez con que la Policía Nacional resuelve algunos casos complejos es sorprendente y satisfactorio. En pocas horas sigue pistas, comprueba datos y aprehende a sospechosos. Un ejemplo reciente es el de Modesto Marmolejos del Rosario, hallado sin vida en un canal de riego de Jicomé, en Valverde, tras varios días desaparecido.
El detalle más perturbador del caso fue la carta anónima que recibió su esposa, con dinero y una frase que parecía salida de una película: "Compre la caja de muerto." Lo que nadie imaginaba entonces era que el mismo hombre que entregó ese mensaje macabro sería quien apareciera muerto dos días más tarde.
La investigación, conducida con rapidez y coordinación entre la Policía y el Ministerio Público, permitió atar cabos a través de cámaras de seguridad y pruebas materiales. Ese trabajo meticuloso —más que la fuerza bruta o la improvisación— explica el éxito de la pesquisa y ofrece una señal alentadora en medio de tanta violencia.
Lección a tomar en cuenta. La delincuencia se enfrenta con inteligencia y rigor, no con ejecuciones extrajudiciales. Se controla con buenas investigaciones, prevención y justicia efectiva, porque solo la ley, no la venganza, puede restablecer la confianza en la seguridad y en el Estado.