El verdadero tapón está en la cabeza
"El carril que nos falta es el del respeto"

Hace pocos días se inauguró el tan esperado paso a desnivel de la prolongación 27 de Febrero. Para muchos, era la gran esperanza de que, por fin, los tapones de esa zona fueran cosa del pasado. Y sí, en ciertas horas del día se nota una mejora.
El tránsito fluye con más calma, los pitos suenan un poco menos y hasta las bocinas parecen descansar.
Pero basta que llegue la hora pico para que volvamos al mismo caos de siempre. Porque el verdadero problema del tránsito en Santo Domingo no es la falta de pasos a desnivel, ni de carriles, ni de semáforos inteligentes. Es la falta de educación vial y la doble moral con la que muchos dominicanos manejamos.
Nos quejamos del chofer que se mete en vía contraria, del motorista que se sube a la acera o del guagüero con complejo de Lewis Hamilton; pero al primer descuido también cruzamos en rojo, nos estacionamos en doble fila o "pedimos cacao" al agente de la DIGESETT para que no nos ponga la multa.
El dominicano quiere orden, pero no disciplina. Queremos calles sin tapones, pero sin respetar las señales de tránsito. Queremos progreso, pero sin cambiar nosotros mismos.
Quizás el próximo paso a desnivel no debería construirse con cemento y varillas, sino en la mente de cada conductor. Porque mientras sigamos creyendo que el problema es el otro, el tránsito en Santo Domingo seguirá igual: detenido.