Los retratos de los Padres de la Patria
Alejandro Bonilla y los lienzos que rescataron la memoria de los héroes trinitarios

Las coincidencias entre estos prohombres independentistas son verdaderamente asombrosas. Su inquebrantable amistad comenzó cuando eran unos mozalbetes. El amor por la redención política de su pueblo los unió con el objetivo de poner fin al dominio haitiano. Tras la proclamación de la República, los tres combatieron a Santana, a Bobadilla, a Báez y a Saint Denys, el cónsul francés. Los tres lideraron el golpe de estado del 9 de junio y formaron parte del efímero gobierno trinitario que gobernó entre junio 10 y julio 12 de 1844. De igual modo, fueron tenazmente perseguidos, apresados, declarados traidores a la Patria y, finalmente, deportados del país a perpetuidad.
Al cabo de cuatro lustros, los tres patricios coincidieron en el país luchando para restaurar la República. En 1861, Sánchez se inmoló en San Juan; Mella, entonces vicepresidente del gobierno en armas, murió en 1864 con su frente coronada por los laureles de la victoria y su cuerpo cubierto por la gloriosa enseña tricolor de los trinitarios; y desde Santiago, Duarte, el apóstol de la idea redentora, puso su nívea y refulgente espada al servicio del gobierno restaurador.
Por haber luchado a favor de la independencia nacional, primero, y luego de la restauración, los tres insignes revolucionarios recibieron de la posteridad agradecida la más alta y sagrada categoría heroica que los pueblos conceden a sus hijos preclaros: la de Padres Fundadores de la Patria.
Curiosamente, de Duarte, Sánchez y Mella se conserva una foto de cada uno, de las cuales se han hecho innumerables reproducciones. El pintor Alejandro Bonilla fue el primero en plasmar en lienzo las efigies de los ilustres patricios; y para ello tomó como modelo los únicos daguerrotipos que existían de cada uno.
De Juan Pablo Duarte solo se conoce el daguerrotipo hecho en Caracas, hacia 1873, por un fotógrafo llamado Próspero Rey. (El daguerrotipo fue el primer procedimiento fotográfico desarrollado en 1839 por el francés Louis Daguerre). Para esa fecha, Duarte ya había cumplido 60 años, padecido inenarrables amarguras y su salud se hallaba muy deteriorada, a causa de la tisis pulmonar que lo llevó al sepulcro. Tal circunstancia explica que algunos de sus coetáneos, cuando por primera vez vieron el retrato de Próspero Rey, apenas reconocieron la faz de Duarte.
En el caso de Ramón Matías Mella, Bonilla hizo un retrato al óleo y de cuerpo entero, probablemente entre 1892 y 1894, que mereció elogios de amigos y familiares. Una reseña del Listín Diario, del 6 de junio de 1895, describe el retrato así: "La figura severa y grave del soldado sin miedo y sin manchas se destaca imponente, serena, cual convenía al héroe febrerista. Apoya el brazo derecho sobre una columna, que ostenta esta significativa inscripción: 27 de Febrero".
Entre 1854 y 1858, a Francisco del Rosario Sánchez se le hizo un daguerrotipo, del cual Abelardo Rodríguez Urdaneta "sacó de la plancha metálica un negativo que retocó cuidadosamente hasta lograr la primera fotografía revelada de Sánchez". Se trata de la foto en la que Sánchez está "sentado en una silla que apenas se ve y apoyado el antebrazo derecho en la punta de una mesa cubierta con un tapete"; y "vestido con levita, prenda muy en uso entonces, con chaleco blanco de etiqueta, de forma cuadrada, camisa del mismo color, de cuello amplio, blando y vuelto y una corbata negra de lazo mal anudada".