A cinco meses de la tragedia
Informe pericial definitivo de la tragedia aún no se conoce

Martes 8 de abril, 12:44 de la madrugada, el techo del centro de diversiones más importantes de la capital dominicana colapsó dejando un saldo trágico de doscientos treinta y seis muertes, al menos ciento ochenta lesionados y una nación herida y conmocionada. Cinco meses han transcurrido desde la tragedia de la discoteca Jet Set, y aún la sociedad continúa esperando respuestas sobre las causas que la provocaron.
Y es que al margen de suposiciones más o menos sustentadas, testimonios de empleados con legitimas observaciones, "técnicos" de redes, expertos en cualquier tópico que sea tendencia y opinadores desbocados e indolentes ante una tragedia multidimensional, la realidad monda y lironda es que hasta la fecha se desconocen los resultados del informe pericial definitivo encargado por el gobierno a técnicos y especialistas nacionales e internacionales.
Un documento imprescindible para procurar justicia e indemnizaciones a las víctimas, ya que el reporte preliminar utilizado para la solicitud de medidas de coerción en el caso penal que lleva el Ministerio Público en contra de los hermanos Espaillat muestra debilidades manifiestas, obligadas a ser salvadas antes de presentar una acusación definitiva. Pero, además, para ofrecer informaciones y datos objetivos y transparentes a los organismos del Estado llamados a modificar legislaciones y reglamentos, así como crear mecanismos de inspección, supervisión y verificación de infraestructuras para que algo semejante jamás se repita.
Los procesos judiciales y de reparación de las víctimas llevan sus velocidades y arritmias propias de negociaciones y acusaciones penales y demandas civiles, sin embargo, lo que hasta ahora brilla por su ausencia son acciones encaminadas a establecer procedimientos de revisión de aforos para eventos masivos y centros de diversión, muchos de los cuales se han levantado, como el Jet Set, sobre infraestructuras que no fueron originalmente diseñadas para esos fines.
Del mismo modo en el país existen edificaciones vetustas que acogen miles de ciudadanos en eventos multitudinarios, como ejemplo el estadio Quisqueya y otras instalaciones deportivas construidas hace décadas y cuyos planes de mantenimiento y revisiones o reparaciones estructurales se desconocen.
Como se desconoce de acción alguna o peritaje desde ministerios como Obras Públicas o Vivienda y Edificaciones o de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica en la dirección de examinar las condiciones en que se encuentran infraestructuras y edificios públicos como puentes, escuelas u hospitales.
Y es que, al parecer, los dominicanos nos superamos constantemente, y ya ni siquiera nos ocupamos de colocar candados después del robo, es que ya somos incapaces de tomar medidas previsoras incluso después de la tragedia.
Que el caso Jet Set termine con el clásico "dejen eso así" sería una gran injusticia para las víctimas y sus familiares. Pero igualmente grave sería que el país quede expuesto a la posibilidad latente de que el día menos pensado se caiga otro techo, se derrumbe alguna tarima o se haga añicos una escuela o un hospital, y otra vez contemos cientos o miles de víctimas como consecuencia de una manifiesta irresponsabilidad estatal.