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La bitácora del maestro: Crónicas constitucionales desde el aula pública (Clase 9)

¿Quién te cuida cuando ya no puedes trabajar?

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La bitácora del maestro: Crónicas constitucionales desde el aula pública (Clase 9)
La clase comenzó con el video de Constitución XT, seguido de la película V de Venganza (2005). (FUENTE EXTERNA)

El lunes 3 de noviembre, el aula del Centro Educativo Marino Moreno González se llenó de una energía distinta. La tarde se abrió con una pregunta que pesó en el aire:

 

El silencio que siguió no fue de indiferencia, sino de conciencia. Un joven rompió la pausa y dijo: "Mi mamá siempre cuida de todos, pero ¿quién cuida de ella cuando se enferma?"

Y entonces todos entendimos que la clase no sería solo sobre economía o leyes, sino sobre justicia y humanidad. El tema del día —la seguridad social como garantía de protección integral— forma parte del Artículo 60 de la Constitución Dominicana, que establece:

"Toda persona tiene derecho a la seguridad social. El Estado estimulará el desarrollo progresivo de la seguridad social para asegurar el acceso universal a una adecuada protección en la enfermedad, discapacidad, desocupación y la vejez."

Leímos el texto en voz alta. Les pedí que subrayaran dos palabras: "toda persona." Les expliqué que en esas dos palabras está el alma de un Estado social: nadie debe quedar fuera cuando la vida se vuelve difícil.

La clase comenzó con el video de Constitución XT, seguido de la película V de Venganza (2005), una metáfora poderosa sobre los peligros de perder los derechos sociales y el silencio de los pueblos cuando dejan de ser escuchados. Al terminar la proyección, una estudiante comentó:

"El sistema que no cuida a la gente termina cayendo por su propio peso." Esa frase se convirtió en el hilo conductor de toda la jornada.

La dinámica del día se llamó "La Red Invisible." Formamos un círculo y cada estudiante sostuvo un hilo de lana. Al pasar la madeja, cada uno debía decir una palabra que asociara con la seguridad social. Surgieron conceptos como "dignidad, justicia, solidaridad, respeto, bienestar, protección."

Cuando la red estuvo completa, les pedí soltarla. La figura cayó al suelo.

 

 

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Los estudiantes analizan la pregunta ¿Quién te cuida cuando ya no puedes trabajar? (FUENTE EXTERNA)

 

"Eso pasa —les dije— cuando una sociedad rompe sus lazos de cuidado. Nadie queda sostenido." Luego construyeron historias cortas tituladas "Tejiendo derechos: la seguridad social en palabras que inspiran."

Un grupo escribió: "Un día, el padre de Ana perdió su empleo. Pero su comunidad lo acompañó, y el Estado también. Ana aprendió que cuidar es un acto de justicia y de amor. Por eso, nosotros también cuidaremos."

Mientras escuchábamos esas historias, noté que el aula había dejado de ser un espacio de teoría para convertirse en un laboratorio de empatía. Les compartí algunos datos duros:

  • Más del 27 % de los dominicanos carece de seguro médico.
  • Cerca del 40 % de los hogares gasta más del 10 % de sus ingresos en salud.
  • Y menos del 20 % de los trabajadores cotiza regularmente en el sistema de pensiones.

Les pregunté: ¿Cómo puede hablarse de desarrollo si todavía tanta gente envejece sin protección? Una joven respondió: "Entonces el progreso no se mide por los edificios, sino por cómo tratamos a los más frágiles."

El cierre de la clase fue simbólico. Cada estudiante escribió en una hoja el nombre de una persona pensionada o desempleada de su comunidad. Luego debían acercarse, entrevistarla y traer al aula tres respuestas:

  1. ¿Cómo valora el apoyo que recibe del sistema?
  2. ¿Qué mejoraría?
  3. ¿Por qué cree que la seguridad social es importante?

Les dije que ese sería su "deber ciudadano": escuchar para entender. Antes de despedirnos, compartí una frase que resume el espíritu de la jornada: "Cuidar es un acto de justicia y de amor." Una frase que los jóvenes repitieron como promesa colectiva.

Nada de esto sería posible sin el equipo del Defensor del Pueblo, que lleva esta experiencia simultáneamente a más de cuarenta aulas del país. Servidores públicos que demuestran, con trabajo y ética, que la educación en derechos no es un discurso, sino una práctica viva.

Cuando la campana sonó, un estudiante guardó el hilo rojo de la dinámica en su mochila. Me miró y dijo: "Profesor, si el hilo representa a la sociedad, yo no quiero soltarlo nunca."

Y pensé que tenía razón.

Porque cuidar de los demás es la forma más alta de defender la República.


TEMAS -

Defensor del Pueblo de la República Dominicana.