Turismo de experiencia: motor de inversión y desarrollo en República Dominicana
En los últimos años, el país ha transformado su oferta turística, orientándose hacia el turismo de experiencia

La República Dominicana ha sido históricamente reconocida por sus playas y su sol radiante. Sin embargo, en los últimos años el país ha transformado su oferta turística, orientándose hacia el turismo de experiencia.
Esta evolución responde a las nuevas demandas de los viajeros y se ha convertido en una estrategia de inversión y desarrollo económico, posicionando al país como un destino competitivo en el Caribe.
Crecimiento sostenido del turismo
El turismo dominicano ha mostrado un crecimiento constante durante la última década. En 2023, la ocupación hotelera promedio alcanzó el 71.5 %, mientras más de 10 millones de turistas visitaron el país, consolidándolo entre los más concurridos del Caribe.
Las cifras reflejan no solo la recuperación pospandemia, sino también la capacidad de diversificación de la oferta turística hacia experiencias más allá de la playa.
Cap Cana: modelo de integración turística
Cap Cana es ejemplo de esta transformación. Con inversiones que superan los 70 millones de dólares, ha desarrollado espacios que integran entretenimiento, gastronomía, naturaleza y deporte. Parques como Dorado Park y Scape Park ofrecen atracciones acuáticas, tirolesas y aventuras interactivas, consolidando la zona como un destino que combina ocio y aventura.
Asimismo, la sede de eventos internacionales —torneos de tenis, golf, regatas y pesca deportiva— ha generado inversión, ocupación hotelera y un auge del turismo inmobiliario. Muchos visitantes optan por adquirir propiedades cercanas a estos escenarios de alto nivel, convirtiendo el turismo de experiencia en motor del desarrollo residencial.
Gastronomía y economía local
El turismo gastronómico se ha convertido en otro pilar del sector. Restaurantes de alta gama, mercados locales y talleres culinarios permiten a los visitantes disfrutar de la cocina dominicana mientras apoyan a productores y emprendedores. Este dinamismo impulsa la creación de empleo y fortalece las cadenas productivas relacionadas con la alimentación y el servicio.
Deportes y turismo inmobiliario
Con más de 1,800 kilómetros de costa, el país es destino privilegiado para deportes náuticos y pesca deportiva. Estas actividades generan empleo en empresas de tours, chárteres y marinas, incrementando el interés en residencias vacacionales frente al mar.
Cabarete, en Puerto Plata, es reconocida como una de las capitales mundiales del kitesurf y windsurf. Sus paisajes, infraestructura y escuelas especializadas atraen turismo deportivo que dinamiza la economía local.
El golf, por su parte, vincula directamente turismo y bienes raíces. Campos de clase mundial en Cap Cana y Punta Cana han impulsado la construcción de villas y condominios de lujo integrados a resorts. Muchos visitantes terminan convirtiéndose en compradores, fortaleciendo el mercado inmobiliario y el empleo en la zona.
Impacto económico
La diversificación del turismo ha generado un impacto económico tangible. La inversión en infraestructura, gastronomía, deportes y recreación ha impulsado el crecimiento de sectores como transporte, comercio y servicios. Los ingresos por turismo pasaron de 2,675 millones de dólares en 2020 a 9,751 millones en 2023, consolidando al país como motor económico del Caribe.
La cercanía de proyectos a marinas, campos de golf y zonas de aventura incrementa el valor inmobiliario y atrae a inversores nacionales e internacionales interesados en experiencias exclusivas.
Mirada al futuro
Con el avance del turismo de experiencia, se estima que la República Dominicana podría superar los 20 millones de visitantes anuales en los próximos años. Este crecimiento se apoya en la diversificación, el desarrollo de nuevas infraestructuras, marinas y parques temáticos, así como en la sostenibilidad y el lujo integrados a la oferta.
Conclusión
El turismo de experiencia es el futuro del sector dominicano. Cap Cana, Punta Cana y otros destinos que han apostado por este modelo demuestran que invertir en experiencias diversificadas genera visitas memorables, empleos y oportunidades sostenibles.
La pesca deportiva, el golf y los eventos internacionales son ejemplos de cómo las experiencias turísticas impulsan el desarrollo inmobiliario y consolidan un círculo virtuoso donde turistas, empresarios e inversores se benefician por igual, promoviendo crecimiento económico y desarrollo social a largo plazo.