VIDEO | Ricardo Ernst: "América Latina debe pasar del commodity al valor agregado"
El profesor de Georgetown analizó la región, la competitividad y el liderazgo joven en una conversación profunda sobre el futuro latinoamericano
En su paso por República Dominicana para la inauguración del E. León Jimenes Speaker Series, el académico Dr. Ricardo Ernst, catedrático de la Escuela de Negocios McDonough de la Universidad de Georgetown y una de las voces más reconocidas en cadenas de valor globales, ofreció una conversación reveladora sobre las tensiones, oportunidades y desafíos que enfrenta América Latina en un escenario global marcado por la disrupción tecnológica y los cambios geopolíticos.
Con más de tres décadas de trayectoria como investigador, consultor y director del Latin American Leadership Program (LALP), Ernst ha estudiado de cerca la evolución de los sistemas logísticos, la transformación de las cadenas de suministro y el posicionamiento competitivo de las economías emergentes.
Su análisis es claro: la región se encuentra en un punto decisivo que puede redefinir su lugar en el mundo.

Del offshore al nearshore: una oportunidad que América Latina no puede desperdiciar
Para Ernst, comprender "el movimiento de la globalización" es indispensable para visualizar el futuro económico de la región. Durante la entrevista, explicó cómo la lógica tradicional del offshore ha cambiado profundamente debido a las tensiones geopolíticas y a los reajustes de riesgo en las cadenas de suministro internacionales.
Como señaló: "Ya no es offshore sino nearshore, entonces existe una necesidad de vamos a empezar a traer todo esto hacia América... porque estamos más cerca".
Este nuevo mapa productivo abre puertas para América Latina, pero no de manera automática. Ernst advierte que, aunque África se menciona a veces como competidor emergente, la región latinoamericana parte con ventajas importantes, especialmente por su infraestructura, su cercanía a Estados Unidos y su experiencia industrial acumulada.
Sin embargo, advierte que persistir en un modelo centrado exclusivamente en exportar materia prima no solo es insuficiente, sino estratégicamente peligroso.
Por eso, uno de sus planteamientos más contundentes fue la necesidad de un salto estructural hacia economías basadas en conocimiento e innovación. Con claridad afirmó: "América Latina tiene que pasar de ser sencillamente la región en la cual nosotros potenciamos la materia prima hacia la región en la cual potenciamos valor agregado".
Ese tránsito, del commodity a la diferenciación, es para Ernst la verdadera prueba de madurez productiva de la región.
Integración, gobernabilidad y liderazgo joven: los pilares del desarrollo
Otro de los ejes que Ernst considera esenciales es la integración regional. La escala, explica, es un componente decisivo para competir globalmente. La fragmentación política y económica entre los países latinoamericanos reduce su capacidad de negociación, limita la creación de cadenas de valor robustas y dificulta la articulación de políticas industriales coordinadas.
Al respecto, comentó que bloques como CAFTA demostraron cómo países pequeños pueden amplificar su poder económico mediante alianzas. Pero insistió en que el reto mayor es de gobernabilidad y visión: "El liderazgo de los países [debe entender] que estar cada uno desagregado no funciona, en la unión está la fuerza".
A su juicio, América Latina tiene el potencial, si actuara como bloque, de ubicarse entre los tres actores económicos más influyentes del planeta, una afirmación que subraya la magnitud del desafío y, a la vez, la oportunidad histórica.
Para que esa transformación ocurra, Ernst resalta un actor clave: la juventud. Desde Georgetown impulsa programas de liderazgo dirigidos a jóvenes latinoamericanos con el objetivo de que regresen a sus países para ser agentes de cambio.
Su mensaje es directo y urgente: "Lo que nosotros tenemos que hacer es usar como eje de acción, como agentes de cambio, a la gente joven".

Productividad, cultura y tecnología: el equilibrio que falta
Ernst también dedicó parte de la conversación a desmitificar la percepción internacional sobre la productividad latinoamericana.
Para él, esta no es una cuestión de capacidad, sino de estructura. Los países de la región suelen contratar más personal del necesario por razones culturales vinculadas a la empatía y el sentido comunitario, una característica que, aunque valiosa socialmente, afecta la eficiencia en sectores altamente competitivos.
"Nosotros tenemos unas sociedades emotivas", explicó, contrastando esta dinámica con la lógica transaccional que predomina en economías como la estadounidense. El reto, dijo, no es eliminar la dimensión emocional, sino equilibrarla con prácticas orientadas a resultados y al uso intensivo de tecnología.
En esa línea, fue categórico respecto al avance de la inteligencia artificial y la automatización.
Lejos de las posturas defensivas, Ernst sostuvo que los países que no adopten estas tecnologías quedarán rezagados: "Hay que hacerlo... porque como la globalización no subsidia en eficiencia, tú no vas a comprar mi producto porque yo tenía más empleados que el otro".
Su planteamiento enfatiza que la competitividad del futuro dependerá de combinar tradición comunitaria con innovación tecnológica, una síntesis que, de lograrse, podría convertirse en la ventaja distintiva de América Latina.
Con su visita al país como parte de la inauguración del E. León Jimenes Speaker Series, Ricardo Ernst no solo ofreció diagnósticos, sino que dejó un mapa claro de posibilidades.
Su visión apunta a una región capaz de reinventarse si apuesta por la unión, la productividad inteligente y, sobre todo, por el talento joven dispuesto a construir el futuro desde adentro.

Joan Prats