Magín Díaz sobre reforma fiscal: "Hasta ahora no he hablado con el presidente sobre una reforma"
Proyecta que la República Dominicana cerrará el año con un crecimiento estimado entre 2.5 % y 3 %

El ministro de Hacienda y Economía, Magín Díaz, confirmó este lunes que la reforma fiscal no está en discusión por el momento, ya que el Gobierno ha decidido priorizar la inversión pública y la dinamización del crecimiento económico antes de abordar cualquier cambio tributario estructural.
Dijo que, primero, había que hacer una modificación presupuestaria para aumentar la inversión de capital, la inversión del Gobierno. Luego elaborar el presupuesto del 2026, que ya fue sometido al Congreso el 1 de octubre. Después, tomar medidas para dinamizar el crecimiento; "esas eran las prioridades".
El ministro indicó que, aunque reconoce que una reforma fiscal integral es un tema pendiente, no se han iniciado conversaciones con el presidente sobre su eventual aplicación.
"Hasta ahora no he hablado con el presidente sobre una reforma. Ya veremos cómo va la coyuntura y si hay condiciones más adelante", expresó Díaz en el "Desayuno de Gala del 51 aniversario de la Federación Dominicana de Comerciantes (FDC).
El funcionario recordó que, pese a las presiones internacionales y a un entorno económico retador, la República Dominicana cerrará el año con un crecimiento estimado entre 2.5 % y 3 %, similar al promedio de América Latina.
"A pesar de que ha sido un año complejo, vamos a crecer igual que el promedio regional. Tanto el Banco Central como el Gobierno estamos tomando medidas monetarias y fiscales para dinamizar la economía", afirmó.
Consultado sobre las recientes variaciones del tipo de cambio, descartó que existan señales de inestabilidad.
"No tengo ninguna preocupación con el tipo de cambio. Tenemos un Banco Central con credibilidad, profesional, independiente. El tipo de cambio promedio este año es 61.6, y en el presupuesto era 63; estamos alineados con lo proyectado", subrayó.
Con esta posición, el Gobierno busca mantener la estabilidad macroeconómica y dar continuidad a los proyectos de infraestructura pública, mientras deja abierta la posibilidad de retomar la discusión de una reforma fiscal consensuada más adelante, cuando existan las condiciones políticas y económicas adecuadas.