Sociedad civil, oportunismo político y transformaciones
La sociedad civil ostenta el rol de contrapeso en las democracias. Ocupa un papel como vigilante de las acciones de quienes nos representan en las funciones públicas dentro de los gobiernos.

Aquellas cosas que nos permiten vivir y progresar como seres humanos, que promueven el avance material, surgen de los miembros de la sociedad civil. De igual forma, de los ciudadanos nacen las instituciones que proveen el fundamento espiritual, moral y filosófico de la humanidad. Por igual, las acciones filantrópicas, de ayuda a los necesitados y de sustento al bienestar social tienen su origen en organizaciones de la sociedad civil que por siglos han brindado apoyo a enfermos, huérfanos, viudas, e incapacitados físicos.
A pesar del desplazamiento político de estas actividades, las organizaciones caritativas apoyadas por ciudadanos siguen siendo imprescindibles. Lo mismo puede decirse de la educación, básica y superior, ya que el avance del conocimiento proviene de instituciones con origen en esas entidades de la sociedad civil.
En adición, la sociedad civil ostenta el rol de contrapeso en las democracias. Ocupa un papel como vigilante de las acciones de quienes nos representan en las funciones públicas dentro de los gobiernos.
Esta última función, servir de contrapeso del poder político, debe ser resaltada. Una sociedad más justa, basada en la igualdad ante la ley, necesita un Estado de derecho estable, confiable y no corrupto; condición imprescindible para el desarrollo socioeconómico sostenible.
Los resultados de la sociedad civil no son perfectos, como nada humano lo es, pero sus características de autocontrol y su esencia colaborativa colocan a sus procesos en ventaja ante las organizaciones que se basan en la coerción. Es decir, a las organizaciones gubernamentales o estatales, que usan la fuerza para operar. Y que necesitan de controles y frenos externos para evitar excesos y para que puedan operar.
Las relaciones que se producen dentro de la sociedad civil, ya sea en el colmado de la esquina, en un club deportivo, en una asociación benéfica, en una fábrica o en un gremio, se caracterizan por ser voluntarias y mutuamente beneficiosas para quienes participan en las mismas. Cada uno de los diferentes procesos que se producen en la sociedad civil continúa su curso solo hasta el momento en que alguien percibe que el mismo no le es provechoso. Las principales características son la cooperación pacífica, voluntaria, provechosa y autorregulada.
Un elemento de la autorregulación de la sociedad civil es la quiebra financiera; perder dinero, sufrir una merma en el patrimonio personal. Un emprendimiento quiebra si no emplea de forma correcta los recursos escasos de la sociedad. Si alguien no usa los recursos para crear valor, para crear bienestar a los demás ciudadanos, es penalizado con la pérdida de su patrimonio; y otro emprendedor puede iniciar un nuevo emprendimiento productivo para proporcionar un mejor bien o servicio.
Por el contrario, ¿es común escuchar a algún funcionario expresar: “Luego de realizar un análisis de nuestra dirección o ministerio determinamos que el costo de su operación excede el beneficio que podría aportar a los ciudadanos, por lo que aconsejamos su cierre definitivo”? En sentido general, la respuesta es negativa.
El interés primordial de quien hizo campaña política por un cargo público es ocuparlo; es su trabajo, por el cual hizo un esfuerzo. Sí, hay personas dentro del ámbito público que pueden pensar en ahorrar recursos del contribuyente, en buscar que el Estado gaste menos. Pero la Teoría de la Elección Pública, una rama de la ciencia económica, y el sentido común, ayudan a entender que ese comportamiento no es la norma. Como tampoco lo sería que el dueño del colmado, o de la farmacia de la esquina, decidieran regalar su inventario a los miembros de la comunidad, y llegar a la quiebra financiera.
La ciencia económica ayuda a entender que las decisiones públicas suelen estar moldeadas por: 1) el corto plazo, 2) por la construcción de popularidad, y 3) por la influencia de grupos de interés.
La política, por tanto, debe entenderse sin el velo de que es el principal medio para alcanzar el bien común. No lo es. El análisis objetivo ayuda a comprender la prevalencia del interés particular sobre el colectivo, que la búsqueda de popularidad es un objetivo en sí mismo, y que complacer a terceros, a grupos de presión, suelen ser parte del oportunismo político.
Cuando se analiza la política como tal, y no de forma romántica, es posible observar otros elementos. Por ejemplo, las propuestas de campaña no son vinculantes. En consecuencia, lo que ofrece un candidato, las más de las veces, cambia una vez que es electo. Por consiguiente, los votantes pierden control sobre el accionar de quienes los representan.
El rol de la sociedad civil es imprescindible como base del desarrollo económico y como forma de control en cualquier sociedad democrática. En consecuencia, ayudar al sector público cuando un país lo necesita, y recordar a quienes fueron electos que es necesario realizar transformaciones, debe ser una función bien vista y respetada por los ciudadanos. Tanto los mismos miembros de la sociedad civil, como los funcionarios electos o por nombramiento.
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Una colaboración del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees).