Revictimización en voz alta: las secuelas que marcan a menor víctima de agresión sexual grupal
Una adolescente de 16 años fue víctima de una violación sexual grupal en el sector donde reside

Como si no bastaran los desafíos propios de la adolescencia — una etapa convulsa de cambios físicos, emocionales y sociales— Tatiana (nombre ficticio), de apenas 16 años, enfrenta una batalla que ninguna joven debería librar: fue víctima de una violación sexual grupal en el mismo sector donde reside.
A casi un mes del acto atroz que le cambió la vida, Tatiana intenta llevar una vida normal, pero las secuelas son evidentes.
Le pidió a su madre que la dejara volver a clases, sin embargo, su comportamiento en el centro educativo ha sido descrito como "extraño" por el equipo de orientación, en comparación con su actitud previa al suceso.
En la casa, el silencio se ha vuelto su refugio. Se encierra en su habitación y solo sale de la cama para cumplir con sus asignaciones escolares, afirmó su madre.
Una agresión sexual en la adolescencia —y más aún en modalidad grupal— constituye un trauma de alto impacto, convirtiéndose en un caso complejo y sumamente delicado.
Así lo advierte la psicóloga clínica Alexandra García Payamps, especialista en trastornos de personalidad y trauma, quien subraya que es indispensable un abordaje integral que proteja la salud física y emocional de la adolescente, debido a las secuelas que deja el abuso sexual.
La noche del horror
El pasado viernes 22 de agosto, tras una discusión con su madre, Tatiana hizo una rabieta y se escapó de casa. Era de noche. Caminaba rumbo al negocio donde trabaja su padre, en el mismo sector, cuando fue interceptada por dos vecinos, quienes se ofrecieron a acompañarla.
El trayecto se convirtió en una pesadilla. Narró que "bajo amenazas" la llevaron a una vivienda donde abusaron de ella. Luego fue trasladada a otra casa, donde, según relató, llegaron otros tres jóvenes que también la violaron. La dejaron amarrada hasta el día siguiente, cuando fue encontrada por la madre de uno de los cinco acusados.
Una agresión de esta magnitud puede provocar trastornos psicológicos y emocionales como estrés postraumático, depresión, ansiedad, sentimientos de culpa y vergüenza, disociación y conductas de riesgo como autolesiones o ideación suicida, explica la especialista.
También impacta en su vida relacional, académica y física, generando aislamiento, desconfianza hacia adultos, disminución del rendimiento escolar, estigmatización, somatización de dolores, alteraciones del sueño y rechazo hacia su propio cuerpo.
"Pueblo chico, infierno grande"
Tatiana fue víctima de una brutal agresión perpetrada por cinco jóvenes que viven cerca de su casa. Como dice el refrán: "Pueblo chico, infierno grande", en un entorno donde todos se conocen, el anonimato es imposible.
La noticia se propagó con rapidez entre los residentes en el populoso sector del municipio Santo Domingo Este, convirtiéndose en tema de conversación constante. Algunos condenan lo ocurrido, pero los allegados a los imputados han optado por desacreditar a la menor y a su familia.
En medio de esta tensión comunitaria, la psicóloga García Payamps exhorta a la madre a "nombrar públicamente que su hija es víctima, no culpable", aunque recomienda evitar confrontaciones directas con los vecinos o familiares de los agresores.
Sugiere además considerar el traslado temporal de la adolescente y su madre a casa de familiares en otro sector, así como garantizar que solo un equipo especializado la entreviste —idealmente bajo el protocolo de entrevista única con cámara Gesell— y evitar que personal escolar o vecinos formulen preguntas morbosas.
Ausencia del Estado
Tras la denuncia formal ante la fiscalía, Tatiana fue remitida a un hospital infantil para ser sometida a evaluaciones físicas. Le recetaron medicamentos para la prevención y tratamiento de infecciones virales. Sin embargo, hasta el momento, el Estado no le ha brindado ayuda psicológica, pese a que este tipo de casos requiere una intervención especializada inmediata.
Tatiana no solo necesita terapias. Requiere una red de apoyo compuesta por maestros, orientadores y vecinos aliados que validen la versión de su familia y no permitan que el discurso de descrédito se imponga.
"Muy importante destacar que las secuelas pueden ser profundas, pero con atención psicológica especializada, apoyo legal firme y una madre que sostenga, se puede reducir el impacto", apunta García Payamps, quien explica que la revictimización es un riesgo real y debe anticiparse desde tres frentes:
- Legalmente (con medidas de alejamiento y protección).
- Comunitariamente (con aliados y traslado si es necesario).
- Emocionalmente (fortaleciendo a la adolescente para que no internalice el descrédito).
La Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente de Santo Domingo Este impuso tres meses de prisión preventiva, a cumplirse en la cárcel de San Pedro de Macorís, contra cinco jóvenes acusados de agredir sexualmente en grupo a una adolescente de 16 años en el sector Los Tres Brazos.
La medida fue dictada por la jueza Karen Casado, quien acogió la solicitud del Ministerio Público contra Harolin José Martínez (18 años), Julio José Mateo (25), Brailyn Cepeda Ramírez (19), Omar Reyes Vásquez (19) y Yoel Morrobel, alias el Matatán.