Casi nula asistencia en los cementerios de Higüey durante del Día de los Fieles Difuntos
Durante las primeras horas del día, los camposantos lucieron casi vacíos y con escasa presencia de familiares

La tradicional visita a los cementerios para rendir homenaje a los seres queridos fallecidos se vio marcada este domingo por una notoria ausencia de personas durante las primeras horas del Día de los Fieles Difuntos en los cementerios en Higüey, provincia La Altagracia.
En un recorrido realizado por los dos principales camposantos del municipio —el Cementerio Viejo y el Cementerio El Buen Pastor, conocido popularmente como el cementerio nuevo— se pudo constatar una baja afluencia de visitantes y un ambiente de profundo silencio. Esto contrastaba con el sentido espiritual y familiar que suele acompañar esta fecha.
En el Cementerio Viejo, la escena era de completo abandono. Nichos cubiertos de moho, paredes agrietadas y cruces sin pintura dan cuenta del deterioro causado por el tiempo y la falta de mantenimiento.
El silencio solo era interrumpido por el canto de los pájaros y el murmullo del viento que movía las hojas secas esparcidas por los pasillos. Pese a todo, las áreas comunes mostraban cierta limpieza, evidenciando el esfuerzo del personal de mantenimiento por conservar la higiene y el orden dentro del recinto.
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A la entrada del camposanto, un único vendedor de flores y velones trataba de mantener viva la tradición, aunque reconoció que "cada año viene menos gente; parece que la costumbre se está perdiendo".
El comerciante señaló que las ventas estaban lentas, aunque mantenía la esperanza de que en horas de la tarde o la noche aumentara la presencia de personas.
Desolado
En el Cementerio El Buen Pastor, la realidad era muy similar. El lugar lucía completamente desolado, sin presencia de visitantes ni vendedores. Solo se observaba en la puerta a la persona encargada de custodiar el camposanto, mientras el sol iluminaba los panteones silenciosos y los caminos cubiertos de polvo.
Aunque la provincia de La Altagracia se encuentra en alerta amarilla debido a los efectos del sistema frontal que ha afectado otras zonas del país, las lluvias no hicieron acto de presencia en la mañana de este sábado.
Por el contrario, el sol se mantuvo firme, proyectando sus rayos sobre las tumbas y resaltando el contraste entre el brillo del día y la quietud del lugar. El calor se hacía sentir, pero ni siquiera el clima favorable fue suficiente para animar a los ciudadanos a acercarse a rendir tributo a sus difuntos.
La imagen de ambos cementerios refleja una realidad cada vez más visible: la disminución de las visitas en una jornada que durante décadas fue sinónimo de fe, recuerdo y unión familiar.
A medida que avanzaba el mediodía, los camposantos de Higüey seguían envueltos en una calma casi absoluta, a la espera de que, quizás, en horas de la tarde, los pasos de los visitantes rompieran el silencio que hoy domina estos espacios de memoria y devoción.

Patricia Heredia