Más de 40 estocadas y abuso sexual: el crimen de Yennely Duarte Hilario que consternó el país
La joven Ammy Hidalgo confesó haber atacado a su amiga, detallando cómo la apuñaló y dejó su cuerpo en un callejón de Cotuí

El 26 de marzo de 2024 se convirtió en una fecha marcada por el horror en Cotuí, provincia Sánchez Ramírez. Ese día, la joven Yennely Andreína Duarte Hilario, de tan solo 18 años, fue asesinada de manera brutal.
Su muerte estremeció a la población dominicana, no solo por el nivel de violencia que sufrió, sino porque la responsable del crimen fue su propia amiga y expareja, Ammy Hidalgo, quien más tarde se entregaría a las autoridades y confesaría lo ocurrido.
Ayer lunes, tras un proceso judicial cargado de aplazamientos, apelaciones, tensiones y reclamos insistentes de justicia por parte de la familia de la víctima, Ammy Hidalgo fue condenada a 30 años de prisión.
El día del crimen
El 26 de marzo de 2024 Yennely comenzó su día sonriente. Fue al salón, se hizo las uñas y, según sus familiares y vecinos, se le vio contenta. No había ningún indicio de que saldría de su casa por última vez y que marcaría por el resto de su vida a sus allegados.
Cerca de las 7:00 de la noche, Ammy Hiraldo Peña salió de su vivienda conduciendo el KIA Sorento de su padre, comprado en 2021. Dentro del vehículo llevaba amoníaco, un cuchillo y un envase con gasolina, elementos que posteriormente demostrarían la premeditación del crimen.

Ammy había quedado de recoger a Yennely en su casa. Así ocurrió: pasadas las 7:00 de la noche, detuvo el carro frente a la vivienda, apagó el motor y la joven se subió al asiento de copiloto. Cámaras de seguridad captaron el vehículo desplazándose por varias calles hasta dirigirse al callejón de Moncho, en Cotuí, donde sucedería el hecho.
Allí, en esa zona oscura ocurrió la agresión. Ammy le propinó a Yennely más de 40 estocadas, ocasionándole la muerte. Luego roció su cuerpo con gasolina, aunque, no llegó a incendiarlo. Durante el interrogatorio, los agentes le preguntaron si entendía por qué estaba detenida, a lo que respondió:
"Por el homicidio que me acusan de la joven Yennely Duarte Hilario, en el callejón de Moncho, a quien herí con un cuchillo en varias partes del cuerpo."
También explicó que, tras el ataque, acudió a la Clínica Jacobo porque había resultado herida al intentar esquivar un cuchillo que llevaba la víctima.
El hallazgo del cadáver
Al día siguiente, miércoles 27 de marzo, a las 7:15 a.m., el cuerpo de Yennely fue encontrado en el callejón donde Ammy la había abandonado. Estaba en el suelo, rociado con gasolina y con múltiples heridas.
Junto al cadáver, la policía levantó varias evidencias, entre ellas, un par de sandalias color crema con marrón, marca RealWoman, un pote blanco rotulado como "amoníaco puro", una toalla roja, manchada de sangre, un pote transparente, ensangrentado, que contenía restos de la gasolina utilizada.

El Inacif confirmó que la joven había sido violada sexualmente, golpeada y recibió más de 40 estocadas, incluyendo en sus genitales. El informe causo impacto y aumentó la indignación en la población.
La confesión
El jueves 28 de marzo, a las 9:33 de la mañana, la madre de la víctima acudió a las autoridades para denunciar formalmente a Ammy Hiraldo Peña. Estaba segura de que ella tenía responsabilidad, pues sabía que su hija había salido con ella la noche anterior.
Ammy terminó entregándose a la policía ese mismo día. A las 2:37 de la tarde fue interrogada y confesó el crimen. Dijo que había actuado porque "no quería estar con ella y ella insistía". Según el entorno de la víctima, Yennely tenía novio y habría rechazado retomar una relación con Ammy.

Un proceso judicial marcado por reclamos de justicia
Desde el comienzo del caso, la familia de Yennely— en especial su padre Wilson Duarte—se mantuvo exigiendo de justicia. El proceso estuvo marcado por aplazamientos, apelaciones, retrasos y cuestionamientos, durante los cuales los familiares insistieron en que Ammy no actuó sola.
Desde el primer día afirmaron que había otra persona involucrada, y sostuvieron esa postura incluso después de que la investigación preliminar señalara solo a Ammy como autora material.
Ayer, luego del veredicto, la madre de la víctima, Yanely Hilario, reiteró su convicción: "estoy segura de que ella no la mató sola, pero existe la justicia divina, y los cómplices la van a pagar."
La familia sabe que ahora inicia la fase de apelación, pero confía en que las instancias superiores ratificarán la condena.
La audiencia de ayer se desarrolló bajo un estricto dispositivo de seguridad debido a la sensibilidad del caso y a la presión social que generó desde el principio.
Los jueces inalmente sentenciaron a Ammy Hidalgo a 30 años de prisión, pena que cumplirá en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres, en San Cristóbal.


