Una alianza que da frutos: 200,000 plátanos semanales
Durante tres décadas siendo suplidores de CCN, han confiado en el grupo como único cliente

Élcido Luciano Sánchez y Luis Alexander Troncoso Báez son socios, compadres y los responsables de que 200,000 plátanos estén disponibles para los clientes de Supermercados Nacional, Jumbo y Merca Jumbo cada semana. Una cifra que concreta una confianza de más de tres décadas y un trabajo de siete días a la semana en pie dentro de la finca.
El padre de Luis Alexander junto a Don Élcido empezaron la relación con CCN hace más de 30 años, incluso antes de que existiera el Centro de Distribución de CCN que se estableció en 1994. Luis Alexander aprendió todo sobre el negocio de la mano de su padre, y al fallecer, fue natural tomar las riendas. Algo que Alexander heredó de su padre es el trabajo delicado y el siempre abogar por entregar un producto de calidad. "Me gusta estar estable. Uno tiene una vida entera en este negocio, porque mi papá, desde que yo era un niño, en el año 92 o 93, me llevaba allá al Nacional de la Avda. 27 de Febrero y ahí era que descargaban los plátanos." La relación de estos agroempresarios con CCN trasciende generaciones y se basa en un compromiso mutuo de cumplimiento y calidad.
Durante estas tres décadas siendo suplidores de CCN, han confiado en el grupo como único cliente. Pudiera sonar arriesgado como modelo de negocios, pero para ellos no lo es, es una relación de confianza y valores compartidos: el trabajo, la pasión y la calidad que no es negociable. "A veces para cumplir hay que tener un solo cliente, pero uno que te compre grandes cantidades. Son muchos los miles de plátanos los que vendemos semanalmente. Y es mejor estar tranquilo, porque yo soy de las personas que no me gusta estar brincando entre un cliente y otro, sino confiar en uno que te garantice la relación", explica Luis Alexander, de 43 años.
Para desarrollar este negocio, cultivan puntas de tierra propia y compran terrenos cuando se ofertan, pero también compran los plátanos que cumplan con su estándar de calidad a otros productores, generando un efecto multiplicador en la provincia donde operan. "Mayormente compramos la cosecha a los dueños de las tierras. Digamos que compramos a nuestros suplidores, los productores o dueños de fincas."
"En este país se come mucho plátano", ríen. Aseguran que podrían seguir comprando tierras para sembrar, producir miles de unidades más y podrían vender todo el género. Con la cautela que ofrece la experiencia, mencionan que ha sido un año bueno, siempre abocados en la fe de que todo saldrá bien. "Es que mientras uno tenga la gloria de Dios encima, uno no puede quejarse, porque cada día más que Dios le da a uno es un día de bendición. Uno, no puede quejarse en la vida, dar gracias por levantarse, por lo que no hay y lo que hay. Siempre tirar para adelante."
También siembran y cosechan en sus tierras propias, pero "no nos podemos aguantar con una sola finca, una sola punta, como le dicen. Entonces tenemos que salir a comprar más, cuando ya están de cosecha y si el dueño la está vendiendo, también se le compra." De esta manera, se forma una red, entre sus propias fincas, las de terceros, impulsando la economía de Azua un plátano a la vez.
"Dios se encarga de darnos. Porque dice un dicho que cuando Dios le quita algo, es porque le tiene algo mejor. Se lo puedo confirmar. Si Dios tiene destinado a quitarme algo... es porque más adelante me tiene algo mejor." Ambos se dedican todos los días de la semana para que llegue los mejores plátanos a la mesa de los dominicanos, aportando a sus comunidades y contribuyendo al crecimiento del país.