Padres denuncian riesgos y enfermedades por obras del Teleférico en Herrera
Ruido, polvo y hoyos peligrosos inquietan a padres de alumnos de la escuela "La Hora de Dios"

La construcción de la segunda estación del Teleférico de Santo Domingo Oeste, ubicada en el barrio Buenos Aires de Herrera, ha generado preocupación entre padres de estudiantes del colegio La Hora de Dios y vecinos del sector, debido al ruido, el polvo y los peligros que representan los hoyos y varillas expuestas alrededor del plantel educativo.
Progenitores de alumnos denunciaron que varios niños se han enfermado por el polvo generado por las excavaciones, y que para entrar y salir del centro educativo deben exponerse a estructuras metálicas y a profundos hoyos llenos de agua en el entorno inmediato del centro educativo.
La estación se levanta en el área que ocupa el colegio dirigido por la orden religiosa Concepcionista Misionera de la Enseñanza, donde también funcionan la casa de las monjas y un seminario. Justo en una de las entradas del plantel y en plena calle San Martín de Porres se realizan excavaciones para la colocación de columnas y demás estructuras de la obra.
Según los padres, el ruido de las grúas, taladros y maquinarias pesadas impiden la concentración de los estudiantes, mientras que la constante polvareda ha provocado problemas respiratorios en algunos de ellos.
"El polvillo les entra directamente porque el centro tiene que mantener las ventanas abiertas; no tiene aire acondicionado. Las ventanas deben estar abiertas para ventilar, pero lo que entra ahora es el polvo de la obra, y el ruido de las maquinarias los afecta", afirmó uno de los padres, quien pidió mantener su nombre en reserva. Agregó que inicialmente la estación no sería construida en ese lugar, pero que a última hora se escogió "la peor ubicación".
Los trabajos están a cargo del Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema de Transporte Masivo (Fitram).
Ante la situación, un grupo de padres envió cartas al presidente de la República, Luis Abinader; a la primera dama, Raquel Arbaje; al Ministerio de Educación y a otras instituciones, sin recibir respuestas. Advirtió que las condiciones peligrosas alrededor del colegio amenazan el aprendizaje y ponen en riesgo la integridad física y la salud de sus hijos, debido a la contaminación sónica y ambiental.
Desde el colegio se informó que los estudiantes de primaria, ubicados en las zonas más afectadas, serán trasladados temporalmente a una escuela que se encuentra a menos de 100 metros del área donde se construye la estación.
"La Hora de Dios": el milagro educativo que sostiene a un barrio desde hace 55 años
Vecinos también protestan
Residentes del sector expresaron rechazo por la forma como se desarrollan los trabajos, alegando que deben permanecer encerrados por la gran cantidad de polvo.
Cándido Gerardo señaló que la calle San Martín de Porres será convertida en peatonal porque las pilas se están levantando en medio de la vía. "No nos oponemos al progreso, pero esa gente nunca ha hablado con la comunidad, con los que vivimos aquí", afirmó.
Nemencia Salas, una anciana que reside a pocos metros de la obra, dijo que el ruido es constante, aunque reconoce que el teleférico traerá beneficios al sector. "¿Y qué puede uno hacer? Ellos comenzaron su trabajo sin preguntarnos. Además, ¿con el Gobierno quién puede?", expresó resignada. Una opinión similar manifestó Valentín Manzueta, otro vecino del área.
Respuesta del Fitram
La institución negó que los trabajos se hayan realizado sin el concurso de la comunidad. Aseguró que el proyecto ha sido discutido con líderes del sector y que mantiene una relación estrecha con la dirección del Colegio La Hora de Dios. Sostuvo que, incluso, han colaborado en la solución de problemas internos del plantel, como escaleras y otras mejoras.
En cuanto a la afectación del estudiantado, Fitram indicó que se propuso reubicar temporalmente a los estudiantes mayores en la Fundación Padre Suárez, ubicada cerca del colegio, y ocupar ese espacio con los niños más pequeños, quienes estarían más alejados de la construcción. Sin embargo, la entidad afirmó que la propuesta no se ha concretado porque algunos padres no estuvieron de acuerdo.
La institución añadió que, por solicitud de las familias, dispuso de personal para impedir la circulación de maquinaria pesada durante la entrada y salida de los niños.




Adalberto de la Rosa