¿Qué sucede cuando no hay espacio en los cementerios para sepultar a los fallecidos?
Los dueños de panteones le prestan espacios a familiares y amistades

Entre calles, pasillos de nichos y lápidas desgastadas por el tiempo, se encuentra el Cementerio Cristo Redentor del Distrito Nacional, donde no hay lugar para nuevos arrendatarios, pero se realizan exhumaciones para crear espacios entre familiares.
Tulio Cuevas Cuevas, el zacateca que ha pasado la mayor parte de su vida trabajando allí, camina con la tranquilidad de quien conoce cada rincón y cada despedida en el camposanto. "Entré en abril de 1975, cuando apenas tenía 12 años. Hoy tengo 62. Tengo cincuenta años aquí", cuenta.
Cuevas, forma parte de un grupo de albañiles y trabajadores autónomos que sostienen la operatividad cotidiana del cementerio.
Exhumación de cadáveres
Tulio explicó que en el camposanto ya no hay espacios para nuevos entierros a menos que sea propietario de un terreno o nicho familiar. "En tiempos atrás se arrendaba porque había espacio. Ahora no, ya el cementerio está lleno", indica.
A lo largo de los años, Tulio ha sido testigo de miles de entierros, exhumaciones y traslados. Conoce de memoria los procesos y pasos necesarios para exhumar un cuerpo, algo que sólo se permite legalmente después de siete años, si el fallecido está en un nicho, y cinco si está bajo tierra.
"Después de ese tiempo, la familia puede venir, paga un impuesto en la oficina, viene un supervisor, y se hace el trabajo. Los restos se colocan en un osario (bóveda), en el panteón familiar", explicó.
De acuerdo con el zacateca, cuando se exhuma un cadáver los restos se trasladan en una cajita pequeña y se llevan al guarda restos u osario, otros pueden ser llevados a diferentes destinos.
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Tulio recuerda casos en los que familias han exhumado a sus seres queridos para llevarlos a su pueblo natal. Una vez, incluso, ayudó a una mujer a llevar los restos de su madre hasta Rancho Arriba, en San José de Ocoa.
El cementerio es regido por el Ayuntamiento del Distrito Nacional, y aunque hay normativas claras para la exhumación de un cadáver, a parte del tiempo del fallecido, cuentan con una serie de requisitos para realizar el proceso.
El destino de los ataúdes
La madera se pudre, el metal no. Así lo resume Tulio al explicar qué ocurre con los ataúdes. "La cajita cubana y la de madera, se deteriora rápido". En cambio, los ataúdes de metal, "esos quedan igual".
Sin embargo, todos terminan en el mismo lugar: el desecho. Los restos de los ataúdes de madera se queman y los de metal se botan. "Nadie repara nada".
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Terrenos en el cementerio
Los panteones, dice Tulio, son como casas. Tienen título de propiedad y pueden venderse legalmente. "Tú lo puedes vender como si fuera una casa, con un acto notarial y un abogado notario".
Explica que muchas veces los dueños de panteones le prestan espacios a amistades y familiares: "Si muere un familiar y eres allegado a esa gente, tú puedes prestar un nicho. Les han prestado nicho a amistades, familias y también a compañeros de trabajo", sostuvo.
De acuerdo con representantes del ayuntamiento, se pagan impuestos para dar sepultura a los fallecidos, realizar exhumación de un cuerpo y hacer arreglos de infraestructura a los nichos.