Aviones DULUS y la nueva industria aeronáutica dominicana
Programas como este abren las puertas para que nuestros jóvenes puedan acceder a ofertas laborales de alta tecnología. Crean una cadena de conocimiento importante entre las diferentes universidades y centros de entrenamiento técnico.

La historia de la manufactura aeronáutica dominicana se remonta a 1911 en la ciudad de La Vega, República Dominicana, cuando un ingeniero civil llamado Zoilo Hermógenes García contrató los servicios de una empresa norteamericana para ayudarle a fabricar una aeronave diseñada por él mismo, a la que llamó el Poliplano.
La aeronave fue fabricada en la ciudad de Nueva York y enviada desarmada a República Dominicana, donde la prensa local registró en artículos de la época la hazaña de haber volado. Aunque el proyecto no fue fructífero (probablemente por temas de diseño), la hazaña del ingeniero Hermógenes quedó registrada en la historia dominicana como el inicio de la aviación en el país.
Recientemente el poder ejecutivo emitió el decreto 156-25 que crea el Fideicomiso Público para el Desarrollo de la Industria Aeronáutica Nacional y Espacial, el cual busca incentivar el desarrollo de la manufactura aeroespacial en el país.
El fideicomiso ha sido puesto bajo la administración del mayor general técnico de aviación Carlos Ramón Febrillet Rodríguez, Fuerza Aérea de República Dominicana (FARD).
El general Febrillet se ha ganado el respeto y el aprecio de la aviación civil dominicana, en especial la aviación general, dada su apertura a trabajar con organizaciones como la Asociación Dominicana de Aviación General (ADAG) y los aeroclubes para mejorar el acceso a aeródromos locales controlados por la FARD.
La primera aeronave ensamblada en RD
Durante su gestión como comandante general de la FARD, el general Febrillet impulsó la creación del programa TP-75 DULUS, primera aeronave ensamblada en República Dominicana.
En poco tiempo, el TP-75 ha logrado romper barreras internacionales, destacándose en escenarios internacionales como la Feria Internacional del Aire y el Espacio (FIDAE), en Chile, y la Feria Aeroespacial Mexicana (FAMEX).
Allí, el TP-75 DULUS de República Dominicana llamó la atención de varios países de la región, que buscan una aeronave de bajo costo para operaciones de vigilancia y entrenamiento, como las que realiza el DULUS.
Esto ha hecho que se requiera la creación de un marco legal que permita que la FARD pueda certificar las aeronaves bajo la regulación civil, ensamblarlas y venderlas a otros países. Es por ello por lo que nace la necesidad de crear este fideicomiso.
El general Febrillet ha encontrado un nicho importante en la necesidad regional para este tipo de aeronaves, y la República Dominicana cuenta con la logística para suplirla.
Con este proyecto no solo se logra un avance económico en la materia, sino también un avance educativo pues por primera vez los pocos ingenieros aeronáuticos, así como los técnicos en la materia que tenemos en el país, podrán poner sus conocimientos en práctica, fabricando aeronaves en territorio dominicanos.
Cabe destacar que otros países de la región también fabrican sus propias aeronaves, como México, Brasil y Chile, entre otros. La República Dominicana cuenta en su flota con aeronaves de diferentes países, en los que podemos citar a Chile, Italia, EE. UU. y Francia. Y aunque las aeronaves son oficialmente fabricadas en esos países, muchos de sus componentes internos vienen de EE. UU. o Europa.
- De igual manera, el DULUS, que nace de un diseño europeo, utiliza componentes internos de diferentes países, lo que flexibiliza y reduce su costo.
El proyecto TP-75 DULUS está basado en un hangar de la base aérea de San Isidro. Allí laboran unas 20 personas, entre técnicos, oficiales e ingenieros aeronáuticos. Las diferentes partes de la aeronave son enviadas desde Italia, realizándose en San Isidro:
- Recepción y almacenaje de partes
- Ensamblaje estructural
- Integración de aviónica
- Instalación de sistemas eléctricos, hidráulicos y de comunicación
- Pintura, balanceo y pesaje
- Pruebas funcionales y de calidad
La instituciones que apoyan el programa
El proyecto cuenta con apoyo ingenieril de diversas universidades del país como la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Esto, en momentos en que el gobierno dominicano impulsa el desarrollo de educación de alta tecnología bajo el modelo STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) en las escuelas.
Programas como este abren las puertas para que nuestros jóvenes puedan acceder a ofertas laborales de alta tecnología. Crean una cadena de conocimiento importante entre las diferentes universidades y centros de entrenamiento técnico, y fomentan el desarrollo de carreras de alta tecnología como la ingeniería aeronáutica y espacial.