Nadie es profeta en su tierra, Bad Bunny sí: Su residencia incrementó el PIB del PR en un 7 %
La isla vecina vive su mejor momento económico y turístico

(FUENTE EXTERNA)
Casi 400 millones de dólares en impacto económico, más de 46,000 habitaciones de hotel reservadas, 3,642 empleos directos y un incremento del 7 % en el Producto Interno Bruto de Puerto Rico son parte de los beneficios que ha generado la residencia de Bad Bunny en la isla.
En Puerto Rico se respira un ambiente distinto. No hay lugar donde la música del "conejo malo" no sea protagonista o tema de conversación.
La isla vive un momento histórico, y los dominicanos forman parte del 6 % de los visitantes extranjeros que aportaron alrededor de 80 millones de dólares a la economía puertorriqueña en los últimos dos meses para disfrutar del que muchos consideran el concierto de la década.
"Lo interesante es que esto nunca había pasado en Puerto Rico. Evidentemente crea un benchmark para demostrar la capacidad que tiene la isla de ser escenario de grandes conciertos y, a la vez, un destino turístico que puede extender la experiencia más allá del evento", declaró a Diario Libre una representante de Discover Puerto Rico.
A pesar del impacto positivo, Puerto Rico sigue siendo percibido como un destino "costoso". Personas consultadas afirmaron haber gastado entre 1,000 y 3,000 dólares en pasaje aéreo, hospedaje y entradas para asistir a la residencia de Bad Bunny, extendiendo además su estadía para conocer la isla.
Una experiencia cultural
Lo vivido en el Coliseo José Miguel Agrelot, conocido como el Choli, trascendió lo musical. En los alrededores se desarrollaron actividades similares a un festival, con grupos de bomba y plena, música autóctona, bailes, gastronomía típica y bebidas tradicionales.
Los trajes folclóricos también tuvieron protagonismo. Las "pavas" o sombreros de los campesinos y las flores de cayena, símbolo nacional, fueron parte del ambiente festivo. "Hace unos años era difícil ver a alguien usando una pava en Puerto Rico, solo se encontraban en tiendas de disfraces. Ver a personas, incluso extranjeras, luciéndolas, me llena de orgullo. Mi abuelo estaría feliz de presenciarlo", expresó Ana Díaz, una boricua consultada.
La percepción hacia Benito Martínez (Bad Bunny) también ha cambiado. Incluso personas que nunca consumieron su música reconocen el valor cultural y económico de su impacto. "Jamás me imaginé algo parecido. No soy fan de Bad Bunny, pero lo que ha hecho por nosotros y cómo nos ha puesto en el mapa es difícil de ignorar", dijo Lina Madero, residente de San Juan.
Los números detrás del fenómeno
Un estudio de Gaither International reveló que el 55 % de los asistentes eran residentes de Puerto Rico, el 39 % provenía de Estados Unidos y el 6 % de otros países, principalmente República Dominicana, Colombia, España y México.

Más de la mitad de los visitantes extranjeros señalaron que el concierto fue la principal motivación de su viaje, con una estadía promedio de 8.7 noches, mientras que los locales que viajaron a San Juan permanecieron unas 1.5 noches.
En cuanto al alojamiento, el 33 % se hospedó en hoteles, el 20 % en alquileres a corto plazo como Airbnb y el 47 % en casas de familiares o amigos.

El gasto turístico también se reflejó en actividades complementarias: el 82 % de los visitantes acudió a las playas, el 69 % a restaurantes, el 57 % disfrutó de la vida nocturna y el 55 % recorrió el Viejo San Juan, extendiendo así los beneficios económicos a múltiples sectores de la isla.
Además, las aerolíneas registraron aumentos en la frecuencia de vuelos desde EE. UU. y otros destinos a Puerto Rico, el Tren Urbano y el transporte público, como Uber, taxis y Lyft, lo que fortaleció las operaciones en las noches de conciertos.

En cuanto al gasto, se estima que los residentes puertorriqueños (55 %) aportaron alrededor de 126 millones de dólares, mientras que los visitantes de Estados Unidos (39 %) generaron US$507 millones y los de otros países (6 %) generaron alrededor de 80 millones de dólares.
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