VIDEO | Dominicanos están dentro del 6 % de turistas que aportaron US$80 millones a residencia de Bad Bunny
La residencia de Bad Bunny en Puerto Rico consolida a la isla como un destino turístico gracias a su impacto económico
La histórica residencia de Bad Bunny en Puerto Rico no solo marcó un hito cultural y musical en la isla, sino también un impacto económico sin precedentes. Entre los más de 600,000 asistentes, los dominicanos figuraron dentro del 6 % de turistas extranjeros que aportaron alrededor de 80 millones de dólares al movimiento económico generado en los últimos dos meses.
De acuerdo con un estudio de la firma Gaither International, el 55 % de los asistentes eran residentes de Puerto Rico, el 39 % provenía de Estados Unidos y el 6 % llegó desde países como República Dominicana, Colombia, España y México.
"Esto nunca había pasado en Puerto Rico y crea un benchmark para demostrar la capacidad de la isla de ser un lugar para conciertos que, además, se convierte en destino turístico", dijo a Diario Libre una representante de Discover Puerto Rico.
- La mayoría de estos visitantes extranjeros aseguró que el concierto fue la principal motivación de su viaje, con una estadía promedio de 8.7 noches.
El gasto de los turistas no se limitó a la entrada al Coliseo José Miguel Agrelot, mejor conocido como el "Choli". Los visitantes también invirtieron en hospedaje —33 % en hoteles, 20 % en alquileres como Airbnb y 47 % en casas de familiares o amigos—, así como en experiencias complementarias: el 82 % visitó playas, el 69 % acudió a restaurantes, el 57 % disfrutó de la vida nocturna y el 55 % recorrió el Viejo San Juan.
Impacto económico
En total, la residencia del artista urbano generó cerca de 400 millones de dólares en impacto económico, más de 46,000 habitaciones reservadas, 3,642 empleos directos y un crecimiento de 7 % en el Producto Interno Bruto de Puerto Rico, consolidando a la isla como un destino de grandes espectáculos.
El fenómeno también transformó la percepción hacia Benito Martínez, incluso entre quienes no eran seguidores de su música. Para muchos puertorriqueños, la residencia de Bad Bunny fue una experiencia cultural completa que mostró con orgullo las tradiciones locales, desde la bomba y la plena hasta las icónicas pavas y la flor de cayena.
_
*Escríbanos sus inquietudes, sugerencias y comentarios a redaccionusa@diariolibre.com.