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"Liderar, más que nada, es servir", Elianny Lantigua Güichardo hace historia en Yale

Es la primera inmigrante dominicana en formar parte del cuerpo de docente del Departamento de Pediatría de Yale en sus más de 100 años de historia

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Liderar, más que nada, es servir, Elianny Lantigua Güichardo hace historia en Yale
La doctore en pediatría Elianny Lantigua Güichardo. (FUENTE EXTERNA)

Con 31 años de edad, la doctora dominicana especializada en pediatría en la Universidad de Yale, Elianny Lantigua Güichardo, se prepara para asumir uno de los retos más grandes de su vida: la dirección de la cátedra de Iniciativas de Salud Global en la República Dominicana para Yale, la tercera universidad más antigua en EE. UU. y una de las Ivy League.

Egresada de INTEC, Lantigua Güichardo viajó a Estados Unidos en 2022 para especializarse en pediatría, convirtiéndose en la primera inmigrante dominicana en formar parte de la residencia de ese departamento. Ahora vuelve a hacer historia al ser la primera en integrarse al cuerpo docente de dicho departamento en más de 100 años.

Tras un largo proceso en el que dejó atrás a colegas estadounidenses, Lantigua Güichardo, oriunda de Santo Domingo Este, quedó al frente de un consultorio de la universidad en Bridgeport, Connecticut, y desde allí fue llamada a colaborar con la academia para expandir su trabajo académico en la República Dominicana.

El proyecto cofundado por Lantigua Güichardo, Health Come True, que ofrece operativos médicos y dentales gratuitos en comunidades rurales de la República Dominicana con limitado acceso a la salud, es clave en este nuevo rol, ya que permitirá a los estudiantes de Yale poner en práctica los conocimientos sobre las afecciones más comunes en países tropicales como la República Dominicana.

A partir de octubre, la destacada dominicana asumirá los cargos para los que se entrena desde finales de julio, y desde los cuales busca ser puente para que las comunidades más vulnerables y sin acceso a servicios de salud reciban atención básica.

  • "Liderar, más que nada, es servir", dice esta joven médico que busca ser un espejo para los jóvenes inmigrantes con sueños similares a los de ella.
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Infografía
La doctora Elianny LantiguaGüichardo sostiene a un bebé durante un servicio. (FUENTE EXTERNA)

_¿Qué significa ser la primera inmigrante dominicana de primera generación en ser docente del Departamento de Pediatría de Yale?

En primer lugar, para mí es un gran honor ese título, pero sobre todo una responsabilidad, porque significa representar a mi país y a muchos niños y niñas que crecen con sueños similares y también a quienes se encuentran en el extranjero tratando de buscar oportunidades.

Espero que esta posición me permita abrir más puertas para que más médicos dominicanos entren en lo que es la Academia, que se siga mostrando que somos capaces y, mucho más importante, que sirva como inspiración para los jóvenes dominicanos y en especial para la comunidad inmigrante.

El Departamento de Pediatría de Yale tiene 104 años y, desde su existencia, soy la primera inmigrante dominicana en ocupar un cargo como facultativa.

_¿Cómo te enteraste del puesto y cómo fue el proceso de aplicación y selección?

Yo apliqué a la posición de pediatra de atención primaria en Bridgeport, Connecticut. Fue un proceso de selección bastante largo, con entrevistas junto a muchos otros candidatos estadounidenses. Pero, gracias a Dios, fui seleccionada. 

Luego Escuela de Medicina de la Universidad de Yale me contactó para explorar maneras de expandir el trabajo que ya venía haciendo en la República Dominicana, para que también fuera una oportunidad de intercambio educativo para sus estudiantes.

  • El proceso de aplicación inició en 2024 y culminó en 2025. Tomó prácticamente un año.
Premios otorgados a Elianny Lantigua Güichardo

Reconocida en el Premio Nacional de la Juventud 2022 en el renglón Servicios Sociales Voluntarios a Favor de la Comunidad.

Recibió The Marjorie Rosenthal Award for Community Advocacy, otorgado por el Programa de Residencia de Pediatría de Yale en 2024, durante su graduación de residencia médica.

Health Come True ganó el premio "Ve más allá – Ideas que Valen" de la farmacéutica Bayer en 2020.

_¿Cuáles fueron los mayores retos que tuviste durante todo el proceso?

Diría que la falta de recursos para aplicar a la residencia médica, ya que es un proceso bastante largo y costoso. Los exámenes y los materiales de estudio fueron mi primer reto.

Una vez entré a la residencia médica aquí en EE. UU., los desafíos fueron adaptarme a un sistema distinto al de salud dominicano, cumplir con las altas expectativas académicas, el cambio de idioma y también enfrentar situaciones personales difíciles, como la pérdida de familiares: en ese intervalo fallecieron mi padre y mi hermano.

Pero gracias al apoyo de mi familia, de mentores y con perseverancia, pude culminar mi formación en Estados Unidos.

_¿Aplicaste a una beca o recibiste apoyo de alguna entidad?

Nací en una familia de clase baja y realicé toda mi formación escolar en el Centro Educativo Divina Providencia, en el sector Mandinga, Santo Domingo Este.

Luego estudié medicina en INTEC, becada por excelencia académica. El proceso de aplicar a la residencia médica lo llevé a cabo mientras trabajaba y hacía mi pasantía en la República Dominicana; en paralelo iba ahorrando y también recibí el apoyo invaluable de seres queridos y mentores, además de préstamos personales.

_¿Cuáles serán tus responsabilidades desde esta nueva posición?

Hay dos partes. La clínica, que es mi consulta de atención primaria en Bridgeport, donde mayormente atenderé comunidades hispanas.

Mi objetivo es mejorar el acceso, brindar atención culturalmente sensible y lograr que los niños hispanos se sientan comprendidos, cuidados, y que sus familias perciban que sus costumbres son valoradas y respetadas. Me enfocaré en la prevención y en fomentar la confianza en el servicio de salud.

En la parte académica, dirijo una fundación sin fines de lucro llamada Health Come True, basada en la República Dominicana y en Estados Unidos. Realizamos operativos médicos gratuitos en comunidades rurales sin acceso médico.

La visión es integrar este proyecto a mi rol de facultativa, brindando experiencias de salud global a estudiantes de universidades Ivy League, para que se formen en una medicina culturalmente sensible y estén expuestos a una realidad muy diferente a la de Estados Unidos, donde hay más recursos.

Firmé por cinco años para este proyecto, pero me veo a largo plazo creciendo profesionalmente dentro de la Academia de Yale.

_¿Y cómo planeas equilibrar la práctica con la teoría?

Entiendo que es un reto muy grande, pero planeo abordarlo con buena organización. Quiero darle prioridad al impacto individual en cada paciente que atienda en mi consultorio, pero al mismo tiempo trabajar por el impacto general de la salud global.

Esto lo lograré por medio de investigación, docencia y ampliando las iniciativas en la República Dominicana, con el apoyo de un equipo de profesionales excelentes, para llegar a más comunidades.

_¿Cómo serían esas clases? 

Sí, básicamente serán clases de experiencia clínica. Por un lado, los estudiantes recibirán la parte teórica sobre salud global, cuidado culturalmente sensible y, en general, cómo se practica la medicina tropical. En nuestros países vemos patologías que no son tan frecuentes en Estados Unidos, como el dengue, que es una realidad en la República Dominicana.

Luego, una vez dominada la parte teórica, irán a la práctica acompañados de un equipo de facilitadores dominicanos, compuesto por pediatras tanto del Hospital Infantil Robert Reid Cabral como de la Unión Médica de Santiago, quienes los guiarán en la atención a pacientes dominicanos.

_¿Todo estará a tu cargo?

Soy la directora de operaciones y cofundadora de la fundación, y sí, todo está a mi cargo, aunque con un equipo de apoyo detrás. Contamos con un staff de 30 voluntarios que trabajan 100 % gratis. Nadie recibe salario: son médicos y odontólogos que aportan su tiempo libre.

Cada centavo recaudado va directamente a la compra de insumos, medicamentos y servicios para la comunidad. Los estudiantes tampoco pagarán por la experiencia, solo su vuelo y estadía.

Además, nuestra base de datos tiene alrededor de 200 voluntarios, entre estudiantes y egresados de medicina y odontología de universidades dominicanas como INTEC y UNPHU, de programas de residencia en la Unión Médica y el Robert Reid, así como internacionales en Puerto Rico (UPR, UCC) y en EE. UU. (Yale y Harvard).

_¿Cómo eligen las comunidades donde trabajan con la organización?

Básicamente, se han elegido es en base a la necesidad. Son zonas rurales que tienen muy difícil acceso a los servicios de salud por tema de distancia y de transportación y que mayormente están pobladas de niños.

Nosotros hemos estado trabajando en Gualey en Pizzarrete, en el área de Peravia. Allí atendemos anualmente entre 300 y 400 niños, que de no ser por las intervenciones que hace la fundación nunca habían visto ni siquiera un dentista.

Nuestro enfoque no es solamente ir como que a un fin de semana, brindamos atención aguda y nos fuimos y no volvimos, sino que la parte educativa, que también está a cargo de los estudiantes, con charlas de prevención.

Estamos educando una comunidad para que ellos también aprendan a cuidar de su salud porque ya que ellos no tienen el acceso para que por lo menos puedan prevenir las cosas que dependen de ellos.

"Para la población inmigrante, nosotros sabemos liderar con empatía, con resiliencia y con la visión de una persona que ha vivido en ambos mundos"Elianny Lantigua GüichardoDoctora dominicana docente en Yale

_¿La organización ha trabajado en otros lugares?

Desde 2018 hemos trabajado principalmente en esa área. Ahora, con este nuevo rol, planeamos expandirnos al sur profundo y al este del país.

_¿Qué esperas lograr como directora de Iniciativas de Salud Global en la República Dominicana para Yale?

Desde mi consulta en Bridgeport, espero lograr que las familias hispanas encuentren en mí una pediatra que los entienda y que los represente.

Quiero ser un puente para la atención médica, para la educación en salud y para que ellos aprendan a confiar en el sistema médico.

En el rol de salud global, mi sueño más grande es que cada dominicano tenga  acceso al servicio de salud. Yo sé que eso también es  una meta del Estado, pero la realidad es en la práctica lamentablemente no se traduce, hay muchas áreas como esa comunidad en la que nosotros trabajamos que simplemente no tienen como acceder a servicio de salud.

Mi meta es que a través de esta visión de médica y intercambio estudiantil, se puedan establecer proyectos sostenibles de salud comunitaria y de educación en salud para la población dominicana, cuestión de que con prevención logremos mejorar la salud del pueblo porque es muy triste lo que se ve en esos sectores.

_¿Cuáles son las principales diferencias entre los sistemas de salud de EE. UU. y la República Dominicana y cómo piensas trabajar con ellas?

Hay muchas. En Estados Unidos hay más recursos tecnológicos y de investigación. Por otro lado, República Dominicana hay una  gran formación clínica porque uno aprende a ser creativo y utilizar bien los pocos recursos que hay. 

Ambas experiencias me han hecho una pediatra más completa, porque me ha hecho más resolutiva, más humana, más consciente de las desigualdades y yo espero ser un lazo, básicamente un puente entre ambos sistemas que aunque se contrastan, si trabajan el uno con el otro se pueden lograr grandes cosas. 

Yo quisiera usar mi formación en Yale para llevar excelencia académica y buenas prácticas a la República Dominicana, pero al mismo tiempo usar mi identidad y mi experiencia dominicana para que las familias hispanas aquí en Connecticut se sientan entendidas, respetadas y representadas.

Pero mi meta general es que los niños reciban cuidados de calidad, sin importar de qué lado, de la frontera, ni en cuál país.

_¿Qué te motivó a estudiar pediatría?

Inicié la carrera de medicina becada en el INTEC, como parte del programa PIES-TEIL INTEC, pensando que yo iba a ser nefróloga, porque mi papá tenía una condición de salud, de su riñón, pero cuando fui al Robert Reid Cabral, de verdad que eso me cambió la vida.

Me encanta trabajar con niños, siento que son tan resilientes y definitivamente son el futuro del país. Me gusta que estén saludables desde pequeños.

_Cuando piensas que serás docente en una de las escuelas de salud más prestigiosas del mundo, ¿Qué sientes?

  • Definitivamente es una mezcla entre emoción, agradecimiento y mucha responsabilidad. No sé cómo se llama ese sentimiento, pero es una mezcla de todo eso.

_¿Actualmente ya trabajas en la clínica?

Ya yo inicié entrenamiento en ambos roles desde finales de julio y asumo formalmente el 1 de octubre.

_Un mensaje para los jóvenes, sobre todo inmigrantes, que quieran alcanzar posiciones de liderazgo académico en la medicina en el extranjero.

Que a través de mí puedan ver que sí es posible, que el camino no siempre es fácil, pero que nuestra historia, nuestro idioma, nuestra cultura, todas son fortalezas y que con disciplina, con preparación, con fe, uno puede abrirse puertas, no solo para uno mismo, sino también para las generaciones que vienen detrás.

Liderar, más que nada, es servir. Para la población inmigrante, nosotros sabemos liderar con empatía,  con resiliencia y con la visión de una persona que ha vivido en ambos mundos. 

Siempre crean en sí mismos y en el valor de lo que uno como inmigrante, como joven puede aportar.

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*Escríbanos sus inquietudes, sugerencias y comentarios a redaccionusa@diariolibre.com.

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Licenciada en Periodismo, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).