Las fiestas nocturnas con kitipó alteran a residentes de NY; los organizadores piden regulaciones
Los residentes de Nueva York se quejan de fiestas masivas con vehículos con grandes sistemas de kitipó

La instalación de monumentales sistemas de altavoces en vehículos enfrenta a residentes de Nueva York con los dueños de talleres que realizan estas costosas modificaciones.
Mientras los primeros se quejan del ruido que generan estos autos cuando se reúnen, los segundos piden regulaciones que les permitan realizar sus encuentros en áreas designadas y en horarios apropiados.
"Noventa y nueve de los tipos involucrados en la música de autos no quieren [problemas]", dijo Luis Colón al New York Post. Colón y su esposa, Jeanette Beato (oriundos de El Bronx), son propietarios de Allstar Auto Solutions, una tienda de venta e instalación de los llamados kitipó, ubicada en Passaic, Nueva Jersey.
En sus redes sociales, la empresa promueve las modificaciones con canciones de exponentes dominicanos de bachata, merengue típico y dembow. En un video publicado en mayo, se observa a personas reunidas alrededor de enormes bocinas que vibran al ritmo de una bachata del fenecido Yoskar Sarante.
Según indicaron a The Post, promocionan su negocio en dichos eventos, el más reciente congregó más de 400 autos celebrada en mayo en Middletown, Nueva York, y tienen un próximo espectáculo previsto para agosto en Atlantic City, Nueva Jersey.
- Aseguran que estos encuentros cuentan con permisos y apoyo policial para gestionar el tráfico y otras medidas de seguridad.
Ambos defienden que, si los sistemas de sonido se regulan de forma adecuada, estos eventos podrían orientarse al ambiente familiar y servir para recaudar fondos a favor de organizaciones benéficas.
La pareja asegura que su taller había prosperado con la venta de los denominados boom systems, cuyos precios oscilan entre los 1,500 y los 60,000 dólares. Sin embargo, la reciente ola de críticas hacia la comunidad de la "música de autos" ha reducido su actividad a la mitad.
DE acuerdo con sus declaraciones, sus clientes provienen de estados como Texas, Misuri y Florida que buscan sus sistemas de sonido personalizados.
- "Tienen eventos como este fuera de la ciudad, e incluso se ven familias allí", dijo Beato al defender los eventos. "Nuestra clientela son todas familias".
Hicieron un llamado a los entusiastas del sonido vehicular y a líderes comunitarios para establecer parámetros claros y una "mejor administración" que permita organizar fiestas con estos sistemas en zonas designadas y en horarios establecidos.
- "Es una actividad con potencial para generar ingresos y tener un propósito social", afirmó Colón, de 46 años. "Dénnos un lugar, ganaremos dinero y lo donaremos a la caridad".
Un problema creciente
Las fiestas con música a alto volumen desde hileras de vehículos con altavoces gigantes han desatado las quejas de residentes desde el Bronx hasta Brooklyn. A pesar de las denuncias, estos encuentros masivos se están volviendo cada vez más comunes en las calles de Nueva York, según documentó The Post.
Aunque actualmente se consideran ilegales, han sido calificadas por los vecinos como más ruidosas que los aviones que aterrizan en LaGuardia. En algunos casos, los eventos incluyen drogas, alcohol, strippers y concursos de camisetas mojadas, todo al alcance del oído de comunidades como Maspeth (Queens), Greenpoint (Brooklyn) y Throggs Neck (El Bronx).
"Suena como si un misil fuera lanzado a tu casa desde todas las direcciones", dijo Jay Cane, de 40 años, residente de Astoria (Queens). "Sabes que será una noche larga cuando las ventanas vibran".
Estos eventos comenzaron durante la pandemia de Covid-19 y persisten hasta hoy. A menudo se extienden durante toda la noche, con música que brota de altavoces montados en autos conocidos como churcheros o sistemas kitipó.
Las reuniones pueden reunir decenas de autos que pagan por un espacio, usualmente en zonas industriales o de uso mixto que permanecen desiertas en horas de la noche.

Se han documentado encuentros multitudinarios frente al Vaughn College en East Elmhurst (Queens), en el centro de atención al cliente de UPS en Maspeth, y en Randall´s Island, cerca del estacionamiento del Departamento de Policía de Nueva York.
Además, vecinos denuncian que en estos encuentros se vende ilegalmente el cóctel conocido como "cascanueces" (una mezcla de alcohol y ponche de frutas) y se consume marihuana sin restricciones.
Frente a esto, residentes han creado un grupo en Facebook donde comparten consejos sobre cómo reportar el ruido ilegal. También se organizan para llamar al 311 durante las fiestas, con la esperanza de que sus reportes sean priorizados.
Lo que dice el NYPD
En respuesta, algunos ciudadanos han pedido a los legisladores facultar al Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) para confiscar y destruir los sistemas churcheros.
"Si el dispositivo de sonido ofensivo es desmontable, el NYPD puede confiscarlo", dijo un portavoz del departamento en una declaración enviada al Post. "Si el dispositivo está integrado al vehículo, entonces el vehículo puede ser incautado".
El portavoz añadió que si el sonido proviene de un vehículo en movimiento y este puede ser detenido de manera segura, se aplicarían los mismos criterios. No obstante, residentes lamentan que las autoridades han tenido poco éxito reprimiendo estos eventos.
Colón y Beato, quienes defienden que "la música es buena para el alma", dicen que aspiran a una convivencia armoniosa entre la comunidad de "música de autos" y los vecinos.
"Si encontráramos a alguien dispuesto a escucharnos, podríamos lograr mejores resultados", dijo Colón. "Pero si nadie nos escucha, la gente seguirá saliendo a tocar música cuando no debe, ganándose multas y siendo arrestada".