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Leyes en EE. UU.
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Proyecto sobre Haití reabre el debate: así se aprueba una ley en el Congreso de EE. UU.

A continuación un vistazo al proceso legislativo en Estados Unidos, desde su presentación en las cámaras hasta su promulgación

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Proyecto sobre Haití reabre el debate: así se aprueba una ley en el Congreso de EE. UU.
Panorámica del Congreso de EE. UU. Las leyes en EE. UU., como en el resto del mundo, agotan un proceso antes de ser promulgadas, aquí algunos detalles. (FUENTE EXTERNA)

Un proyecto de ley bipartidista que busca establecer vínculos entre las bandas criminales y las élites políticas y económicas haitianas —con el objetivo de que el Gobierno de Estados Unidos amplíe su capacidad para imponer sanciones a los responsables de la crisis en Haití— regresó la semana pasada al Congreso estadounidense para su estudio y posible aprobación, en medio de la creciente preocupación por la seguridad en el país vecino.

La Ley de Transparencia de la Colusión Criminal en Haití, presentada por primera vez por Marco Rubio cuando representaba a Florida en el Senado, resurge en un momento en que la administración Trump avanza en su intención de designar a las pandillas haitianas Viv Ansanm y Gran Grif como organizaciones terroristas, según destacaron los impulsores del proyecto en una nota de prensa difundida el jueves.

A propósito de la reintroducción de este proyecto, ¿cómo se aprueba una ley en Estados Unidos?

Los líderes del partido con mayoría en el Senado son quienes controlan la agenda legislativa y, por tanto, deciden los temas que se debatirán en cada sesión.

Este es el proceso legislativo para aprobar una ley en Estados Unidos

El Congreso estadounidense está compuesto por 435 miembros de la Cámara de Representantes (distribuidos entre los 50 estados de manera proporcional a sus respectivas poblaciones) y 100 senadores (dos por cada estado).

Según la página oficial de la Casa Blanca, una vez que un proyecto de ley es presentado ante una de las cámaras —lo cual constituye el primer paso del proceso legislativo—, este se remite al comité correspondiente para su revisión.

Antes de ser considerado por el pleno del comité, el proyecto pasa primero a un subcomité, que se encarga de determinar si debe ser aprobado, modificado o rechazado. Si supera esta etapa, vuelve al comité principal, donde se repite el proceso de evaluación.

Durante esta etapa, los comités y subcomités llevan a cabo audiencias para evaluar los méritos y defectos del proyecto de ley. Los miembros invitan a expertos, partidarios y opositores para dar su testimonio, y se pueden emitir órdenes de comparecencia (subpoenas, en inglés), si es necesario.

En el Senado hay 17 comités con 70 subcomités, y 23 comités en la Cámara Baja con 104 subcomités. Cada comité está a cargo de un área política específica, y los subcomités se encargan de áreas más especializadas.

Si el pleno del comité vota para aprobar el proyecto de ley, este se presenta ante la Cámara o el Senado, y los líderes del partido mayoritario deciden cuándo agregarlo al calendario para su consideración.

Si el proyecto de ley es de carácter urgente, puede pasar a consideración inmediatamente. Otros pueden esperar por meses o nunca llegar al calendario, advierte la Casa Blanca sobre el proceso legislativo.

Así es el proceso de aprobación

Una vez el proyecto llega al Senado para su consideración, el debate no tiene límite, lo que significa que los senadores pueden hablar de temas distintos al proyecto bajo consideración durante sus discursos y presentar cualquier modificación.

Esta etapa puede ser utilizada por los senadores para obstruir los proyectos bajo consideración, táctica llamada filibusterismo, que busca impedir el voto y, por extensión, su aprobación, al rehusarse a ceder la palabra. Esto podría llegar a su fin si al menos 60 senadores invocan la figura de cloture o cierre de debate, en español, sobre el proyecto de ley, forzando el proceso de votación.

Una vez concluido el debate, los votos de una mayoría simple son suficientes para aprobar la ley.

Antes de llegar al escritorio del presidente de los Estados Unidos para su promulgación, el proyecto de ley debe ser aprobado por ambas cámaras del Congreso. La Constitución exige que los dos proyectos de ley (provenientes de la Cámara y del Senado) sean idénticos palabra por palabra —señala la Casa Blanca—; sin embargo, esto casi nunca sucede.

Para alinear ambos proyectos, se convoca un comité mixto con miembros de ambas cámaras, quienes producen un informe con la intención de que sea la versión final del proyecto de ley. Esta versión regresa a ambas cámaras para su aprobación.

Dependiendo de dónde se originó el proyecto de ley, el secretario de la Cámara o del Senado prepara el documento con el texto final y lo presenta al presidente de la Cámara y al presidente del Senado para su firma. Seguidamente, el proyecto se envía al presidente.

Las opciones del presidente

En un recorrido ideal, tan pronto como el proyecto llega a la Casa Blanca, si el presidente de los Estados Unidos concuerda "considerablemente" con el documento, procede a firmarlo y hacerlo ley. Luego, la legislación se publica en el registro oficial de leyes del Congreso.

Si, por el contrario, el presidente no está de acuerdo con el texto, puede vetar la ley y devorlverla al Congreso. Allí, los miembros pueden anular el veto presidencial con un voto favorable de dos tercios en cada cámara, tras lo cual el proyecto se convierte en ley y se publica.

También existen otras dos opciones para el futuro de una ley en Estados Unidos: la primera, si el Congreso está en sesión y el presidente no toma ninguna acción dentro de un plazo de diez días, el proyecto se convierte en ley.

La segunda, si la sesión del Congreso cierra antes de que se cumpla el plazo de diez días y el presidente no ha tomado ninguna acción, el proyecto de ley se hunde y el Congreso no puede votar para revivirlo. A esto se le llama el "veto de bolsillo". Si el Congreso aún desea aprobar la legislación, debe reiniciar el proceso entero desde el principio.

Sobre el Transparency Act contra las pandillas haitianas

El proyecto fue reintroducido el jueves pasado por el senador Rick Scott (republicano por la Florida), y fue firmado por los senadores Jeanne Shaheen, de New Hampshire, la demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Tim Kaine (demócrata por Virginia), John Curtis (republicano por Utah) y Chris Coons (demócrata por Connecticut).

De acuerdo con el Miami Herald, los partidarios del nuevo proyecto señalan que actualmente Estados Unidos tiene limitaciones para abordar la crisis de las pandillas. Aunque durante la administración Biden (2021-2025) se impusieron sanciones contra expolíticos haitianos, estas consistieron principalmente en restricciones de visados, que, según la legislación estadounidense, se mantienen en secreto.

Además, las sanciones no son obligatorias, y los miembros del Congreso afirman que tienen un punto ciego respecto a quiénes son los principales líderes de las pandillas y sus facilitadores, agrega el medio.

Pero, de ser aprobada la nueva legislación, las facultades sancionadoras del Departamento de Estado serían obligatorias. El proyecto de ley también exige que el organismo interinstitucional priorice los recursos para sancionar a estas personas. Sin embargo, lo dispuesto en la ley dejaría de tener efecto cinco años después de ser promulgada.

De acuerdo con el Miami Herald, el mes pasado, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes presentó y aprobó una versión del proyecto del Senado sobre Haití. El proyecto de la Cámara Baja fue liderado por el demócrata de mayor rango, Gregory Meeks, de Nueva York.

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