Ismael Serrano de regreso: "Existe un componente de incertidumbre y nervios"

 Veintiún años han pasado desde su última presentación en un escenario dominicano. El cantautor español Ismael Serrano regresa este miércoles 17 de julio a Santo Domingo para reencontrarse con un público fiel ávido de sus canciones. 

Será un concierto especial en Hard Rock Café de Blue Mall, donde la poesía y la buena interpretación serán protagonistas. "Es un reencuentro muy deseado y muy esperado por mi parte, porque la última vez que estuvimos fue hace muchos años", señaló en una entrevista para Diario Libre.

Además, quiere resarcirse un poco, porque, como él mismo recuerda, su último concierto en el país fue un tanto accidentado. "Justo el día que me tocó cantar cayó una tormenta tropical y fue difícil el acceso al teatro e incluso llegó a faltar gente que había comprado sus boletas y desde entonces no habíamos podido volver", agregó.

"Regresamos con muchas ganas. Será inevitable hacer un repaso por toda mi discografía, aunque estamos en la presentación de un nuevo disco. Hace tantos años que no visitamos la isla que creo que es necesario, para celebrar este encuentro, repasar todo el cancionero y lo que nos tocó vivir durante tantos años de ausencia".

Y no podía ser de otro modo, un artista como él hay que vivirlo a plenitud.

Expectativas

RELACIONADAS

Música

Ismael Serrano regresa a Santo Domingo: un único concierto en formato acústico

Música

Descubre el talento de Cristina Casado en el concierto 'Noche de merengue y bolero'

Ismael solo tiene una expectativa: complicidad público-artista. "Que se genere la complicidad entre viejos amigos que tienen mucho tiempo sin verse, pero siguen siendo grandes amigos y se tratan con esa familiaridad propia de esas amistades que perduran en el tiempo, a pesar de la distancia". 

Una complicidad que permite que las canciones adquieran otro vuelo poético. "Se trata de celebrar la vida. No puedo negar que existe un componente de incertidumbre y de nervios porque uno no sabe con lo que se va a encontrar". 

¿Siempre quiso vivir de la música?

Realmente sí, pero era consciente de lo voluble que eso era. Él lo explica. "Cuando yo tenía 18 años empecé a estudiar una carrera, Ciencias Físicas, una carrera universitaria, llegué a estudiar hasta cuarto año, la especialidad de Astrofísica; siempre había querido dedicarme a la música, pero era muy consciente de que era un sueño muy lejano y difícil de alcanzar. A mí la ciencia me gustaba, sobre todo la parte más poética, que era aquello de poder mirar las estrellas, pero cuando tuve la oportunidad de abrazar mi sueño, que era dedicarme a la música lo hice y así lo llevo haciendo desde los 23 años". 

Y es que la música está en su ADN, pero no lo es todo en su vida. "Es algo que me apasiona, es indispensable, pero no lo es todo en mi vida, aparte de la música en mi vida hay muchas otras cosas que también me gustan. Me gusta escribir, me gusta contar relatos e historias".

Música actual y los cambios de la industria

Para Serrano "no somos muy conscientes de cómo el algoritmo está determinando nuestras vidas en términos generales, pero sobre todo nuestra relación con la música, tanto como oyentes como creadores. Es implacable y no genera la pluralidad y la diversidad deseable". De ahí lo difícil que es para un artista como él hacer música en estos tiempos.

"Impone unas hegemonías en lo musical muy excluyentes, muy duras y yo creo que eso incluso está determinando cómo los creadores están creando nuevas canciones; yo creo que muchos jóvenes escriben canciones y hacen su música en base a cómo el algoritmo les puede premiar situándoles en lugares privilegiados en la búsqueda o relacionados con artistas que tienen grandes cifras de escuchas o para que les incluyan según que listas"

"Esto siempre ha ocurrido, la moda, la tendencia siempre ha marcado un camino que han seguido muchos jóvenes después; yo creo que en el caso del algoritmo es implacable, porque creo que la propia industria es rehén. Pienso que se está perdiendo esa otra forma de hacer música, que tiene que ver más con los listados del alma, con los pequeños teatros y las salas en directo", agregó.

"Es como si los grandes festivales ahora determinaran un poco las tendencias y se abandonara un poco ese circuito de música en vivo con son la escuela para jóvenes creadores. Yo creo que son rehenes también de grandes marcas que actúan como mecenas de las grandes tendencias y se está dejando de lado lo artesanal", añade. 

"En ese sentido, yo creo la industria musical está un poco marcando un camino diferente que es un poco cuestionable en muchos aspectos".

Homenaje a la bachata

En su extenso repertorio, Ismael tiene incluso una bachata, de eso también nos habló. 

"Fue en el disco ´La llamada´, donde quise explorar los ritmos latinoamericanos desde mi perspectiva de autor. La bachata llevada a un contexto madrileño en Vallecas fue un reto poético que quise asumir. Es un homenaje personal a este género tan querido en RD". "Es un tributo y también una osadía", dijo emocionado. 

Compromiso social en sus composiciones

"Es parte de la tradición del cantautor ser una voz comprometida. Vengo de una familia donde el debate y la conciencia social eran parte del día a día. Mis canciones reflejan tanto mis amores como mis preocupaciones sociales. Como dijo Serrat, si no te metes en política, otros lo harán por ti. Es importante expresarse políticamente con naturalidad", señaló sobre el compromiso social de la música.

Y es que, para él la música tiene un poder transformador. 

"Yo creo que cuando una canción toca el alma de alguien la transforma de alguna manera, yo creo que las canciones cambian las vidas que tocan, cuando ese contacto es genuino, es real y es profundo, cuando nos hace cuestionarnos".

"Yo creo que la música sirve fundamentalmente para sentirnos acompañados y en los momentos difíciles saberte acompañado es algo extremadamente útil, porque te hace ser muy consciente de tu capacidad para transformar la realidad, cuando uno cree que está solo un poco desiste en el empeño de cambiar las cosas, cree que no se puede".

"Uno es más consciente de su poder de influencia cuando se sabe acompañado y, en ese sentido, las canciones son un espacio de encuentro que te hace sentirte acompañado en las celebraciones, en el dolor, en la rabia ante la injusticia social, por ejemplo, y en ese sentido son tremendamente útiles. Ese es el poder transformador de la música".

"Además, tiene el poder de generar comunidad y consciencia de comunidad, de que formas parte de algo, establece vínculos, lazos y a veces, son lazos de solidaridad que son tremendamente necesarios para entender el mundo en el que vives en un contexto en el que a veces ese mundo puede resultar un tanto hostil para ti y tiene ese poder también sanador para transitar los duelos y eso yo creo que es muy transformador. Quizás sea ambicioso al pensar que la música cambia el mundo, pero sí acompaña ese cambio de alguna manera, sirve un poco como andamiaje para la construcción de ese mundo mejor", asegura sobre el poder de la música.

 ¿Cómo marcó "Atrapados en Azul" su carrera?

• "Es un álbum que marcó un punto de inflexión. Canciones como Papá cuéntame otra vez reflejan una mirada crítica sobre la sociedad y el paso del tiempo. Ha sido una pieza clave que sigue resonando en mi carrera".

La fidelidad del público hacia los cantautores es notable

• "Agradezco mucho la lealtad del público a lo largo de los años. Es un mérito contar con ese apoyo constante en un entorno donde la industria y las plataformas digitales buscan el éxito inmediato. Para mí, la conexión con el público es fundamental".

¿Cómo es su proceso creativo?

• La canción es un acto de resistencia contra el olvido. No me gusta estar solo cuando compongo. Necesito conectar con mis emociones y experiencias para encontrar la inspiración. Escribo sobre lo que me emociona y me conmueve.

Severo Rivera y Jeury Frías