El estigma del trastorno bipolar: navegando entre la euforia y la depresión
Te explicamos qué es, cómo identificarlo y qué acciones podemos tomar frente a esta enfermedad mental que afecta el estado de ánimo

La bipolaridad es un trastorno mental que provoca altos y bajos emocionales que van desde la depresión hasta episodios maniacos.
Aunque algunos estudios apuntan a que posiblemente tenga que ver con una combinación de factores genéticos y ambientales, las personas con ciertos genes tienen entre un 60 a un 85 por ciento de probabilidad de padecerlo.
Para ahondar en este tema, con motivo del Día Mundial del Trastorno Bipolar que se celebra hoy 30 de marzo, hemos abordado a la doctora Carmen Ramírez, psiquiatra, quien comparte con Diario Libre sus consideraciones.

Te explicamos qué es, cómo identificarlo y qué acciones podemos tomar frente a esta enfermedad mental que afecta el estado de ánimo, alternando momentos de euforia y depresión, en mayor o menor medida.
"La bipolaridad es un trastorno mental y como tal tiene síntomas y características. Las características principales por la que lleva el nombre son porque trastorna el estado del ánimo, yendo de un estado alto (hipomaniacas o manías) a uno bajito con características depresivas", explica la doctora.
¿Cómo se manifiesta este trastorno?
En las crisis de estado de ánimo alto la persona puede presentar, durante dos o más semanas, mucha energía, mucha necesidad de conversar, de emprender, con muchas ideas, todo eso va fuera de lo normal y en lugar de ser productivo resulta en una persona improductiva.
Puede estar psicótica, ver y escuchar cosas que no suceden en la realidad. En el estado de ánimo bajo, depresivo, la persona muestra deseos de no hacer nada, de morir, se encierra, se aísla, manifiesta autoestima baja, poca necesidad de sueño, de comer.
¿Se hereda?
La bipolaridad se hereda. Se han podido identificar en estudios genes en los cromosomas 17,18,19 y 21 que están identificados y presentes en las personas con trastorno bipolar.
Podemos identificar que hay una probabilidad más alta, de un 50% o más, de padecer bipolaridad cuando se es hijo de una mujer con un trastorno bipolar, y un poco más bajo cuando es el papa quien aporta el gen o presenta la enfermedad.
La bipolaridad aumenta en frecuencia cuando se trata entre hermanos y familiares. Incrementa la frecuencia cuando, sin un diagnóstico específico de trastorno bipolar, encontramos en el árbol genealógico personas con intento de suicidio, con depresión y otros tipos de alteraciones mentales.
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¿Cuántos tipos de trastornos bipolar existen?
Dos: el trastorno bipolar tipo 1 y trastorno bipolar tipo 2. El bipolar 1 se caracteriza por crisis de manía y crisis depresivas. El bipolar 2 se identifica por crisis de hipomanía y crisis depresivas.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento para ambos siempre es farmacológico y psicoterapéutico. Se recomienda que en el esquema del tratamiento siempre haya tratamiento farmacológico, principalmente los llamados estabilizadores del estado del ánimo. Son fármacos que provocan una neuro modulación a tal nivel que evitan que las personas hagan crisis tanto de manía como de hipomanía.
Esos fármacos necesitan prescripción médica y, en la mayoría de los casos, las personas con trastorno bipolar van a necesitar tratamiento de por vida. Esos medicamentos necesitan seguimiento por parte del médico. A veces es necesario combinarlo con otros medicamentos, como estabilizador del estado del ánimo con un antipsicótico.
Los tratamientos psicofarmacológicos van a ir siempre dirigidos a la psicoeducación.
Psicoeducar es que la persona empiece a entender, a procesar sus emociones, aprenda a identificar las crisis, a relacionarse de una manera sana para que pueda identificar cuáles son los detonantes de sus crisis y pueda prevenirlos, así las crisis se pueden espaciar hasta por diez años.
¿Qué peligros puede acarrear el trastorno bipolar?
En la bipolaridad, al igual que otras enfermedades hay peligro. Existen peligros que pueden ser inmediatos, otros que se puedan visualizar dentro de las crisis, pero también hay peligros a largo plazo.
Durante la crisis, la persona con el ánimo alto es incapaz de ver los riesgos, por ejemplo pudiera practicar deportes riesgosos aun sin haberlos practicado antes.
Existe un signo que se conoce como prodigalidad, donde la persona regala cosas aun necesitándolo a personas que ni siquiera lo necesitan, personas que no están vinculadas con ellos.
El exceso de movilidad presente en las crisis puede provocar cansancio, fatiga extrema, incluso días sin comer, tratando de trabajar en alguna actividad ya que su cerebro en estado de desorganización de crisis así lo ordena.
En las crisis de ánimo bajo las personas pueden presentar baja autoestima, sensación de que todo está perdido, negativismo, ideas suicidas, hasta cometer el suicidio.
Entre los peligros a largo plazo está el consumo de sustancias psicoactivas, crisis reiteradas y crónicas que le impidan ejercer su rol en lo familiar y laboral.
¿Una persona que padezca esta condición puede llevar una vida normal?
Las personas bipolares medicadas adecuadamente, con seguimiento oportuno, pueden llevar una vida normal. Por ejemplo, una mujer en edad reproductiva puede embarazarse, dar a luz, llevar su familia, estudiar, terminar una carrera universitaria, trabajar como las personas de su generación, viajar, hacer todo lo que hace alguien que no padezca la condición.
¿Existen detonantes de la condición bipolar?
Pueden considerarse detonantes la muerte, la separación de los seres queridos, la migración, el consumo de sustancias psicoactivas, o sustancias como el alcohol.
¿Qué otros factores, además de los citados, intervienen en la aparición de este trastorno?
Si bien una persona hereda de sus padres los genes para el trastorno bipolar, este solamente se va a expresar si algunos otros factores aparecen.
Ahí hablamos del maltrato infantil, el abandono infantil, el abuso físico y sexual, variantes de apego ansioso, consumo de sustancias, malos hábitos como la privación del sueño, son situaciones de la vida que le pueden ocurrir a cualquier ser humano que están vinculadas con la aparición del trastorno bipolar.