Jubilación: ¿descanso merecido o reto para la salud mental?
Deseada por algunos y temida por otros, la jubilación no debe ser vista como un declive inevitable. Es fundamental romper con este mito y prepararse para esta nueva etapa con entusiasmo y vitalidad
Si bien jubilarse puede ser una recompensa por años de duro trabajo, también puede desencadenar estrés, ansiedad y depresión.
Por un lado, un estudio en España (FEDEA) concluye que retrasar la edad de retiro tiene efectos negativos en la salud y esperanza de vida de esa persona.
Un hecho que contradice una investigación (INSERM) realizada en Francia que descubrió que, por cada año trabajado por encima de la edad de retiro, el riesgo de desarrollar demencia se reducía un 3.2 %.
Y es que dejar de trabajar puede tener dos caras: o te emociona por las nuevas oportunidades que ofrece o te desorienta al quedarte sin ese motor que te daba propósito...
Para afrontar esta transición de la mejor manera, la Dra. Zeidy Parra, especialista en geriatría y gerontología, comparte algunas claves para prepararse y comenzar esta nueva etapa de la vida con todas las pilas puestas y cientos de planes para disfrutarla al máximo.
¿Porqué la jubilación influye de forma tan diferente en las personas?
La etapa de la jubilación puede tener diferentes efectos en el ámbito de salud física, emocional y sociofamiliar. Asumir esta nueva etapa de la vida de manera correcta depende de prepararnos para la jubilación.
La vejez o etapa de adulto mayor inicia a los 65 años, lo que coincide aproximadamente en la edad promedio de jubilación a nivel mundial.
Arabia Saudí es el país donde la gente se jubila más joven, a los 47 años, mientras en el otro extremo se encuentran Australia, Dinamarca y Grecia, a los 67 años.
En muchos países existen programas de preparación para la jubilación, los cuales son facilitados por las empresas o instituciones tanto públicas como privadas. En América Latina países como Costa Rica, Argentina, México, Brasil, Colombia y Perú lideran estos programas desde hace varios años.
La mayor parte de las personas construyen su vida alrededor del ciclo laboral, no a la inversa. En promedio, las personas pasan más tiempo en su trabajo, con sus colegas, que en sus propios hogares con la familia.
Por lo que cuando llega el momento de la jubilación, si no ha existido una preparación previa para la misma, los efectos en vez de ser positivos, pueden ser catastróficos.
A nivel mundial el envejecimiento de la población ha hecho que la política sobre la edad de la jubilación y el tiempo de trabajo acumulado para poder retirarse se extienda unos años más.
En el estudio realizado por FEDEA en España, en agosto de este año, los resultados muestran que retrasar un año la salida del mercado laboral aumenta significativamente el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años.
El peligro se concentra especialmente en aquellos trabajos donde se exige más físicamente y en ocupaciones donde el nivel de estrés emocional y mental es mayor.
Lo más acertado al respecto sería que la edad de la jubilación no se extendiera después de los 60 años y se pudieran reducir las horas de trabajo a partir de determinada edad.
Falta de proyectos personales y tareas en las que ocupar el tiempo.
Una jubilación anticipada o forzada.
La presencia de estresores diversos, como problemas de salud, económicos, familiares, etc.
Tener una baja red de apoyo social, así como estar sin pareja.
Un bajo nivel educativo.
¿Cuál es el impacto emocional de la jubilación?
Existen más de 90 estudios publicados, en revistas médicas y de psicología, libros y tesis de grado, sobre el impacto socio-emocional de la jubilación.
En ellos se plantea que, de acuerdo al modelo de estrés psicológico, la jubilación resulta un factor de estrés psicosocial para el adulto mayor, pudiendo contribuir en el desarrollo de algún trastorno psicofisiológico.
En este proceso intervienen la actitud hacia la jubilación, las redes de apoyo social y el género. Una de las mayores preocupaciones de los jubilados es no generar nuevos ingresos y tener dificultades económicas para enfrentar los problemas de salud que se presenten con la edad.
Entonces, ¿cómo se debe preparar el terreno para afrontarla como un segundo proyecto de vida?
En mi opinión los efectos de la jubilación siempre deben ser positivos si nos preparamos para esta etapa de la vida. Y para esta preparación debemos enfocarnos en organizarnos, programar y trabajar tres dimensiones: el bienestar físico, el socioemocional y familiar, y el financiero.
- El bienestar físico incluye llevar una vida saludable desde temprana edad, donde la alimentación sana, la actividad física constante a lo largo de la vida y el control médico periódico permitan garantizar el bienestar físico para poder disfrutar de una jubilación bien merecida. En este aspecto no podemos olvidar la actividad sexual. Debemos asumir que, a pesar de los cambios que traiga la edad, la sexualidad es disfrutable y necesaria en la vejez.
- El bienestar socioemocional va a depender del trabajo que realice la persona para organizar cuales son los proyectos de vida después de jubilarse, crear una red de apoyo familiar, asumir el cambio de roles en la familia cuando los hijos parten del hogar y vienen los nietos, saber aceptar el nuevo rol en la familia creando límites saludables para todos. Y no olvidar que debemos tener un proyecto de vida al llegar a la edad de jubilación, que puede ser desde aprender un nuevo idioma, dedicar tiempo a algo que quisimos hacer de jóvenes (pero los compromisos de trabajo y familia no lo permitieron), o apuntarse a un curso de arte, baile, pintura, o jardinería, entre otros. En este mismo orden se ha demostrado la importancia de socializar: pertenecer a un voluntariado, a un club social o reunirse con gente con los mismos gustos o hobbies puede ser muy saludable.
- El bienestar financiero debe organizarse desde que se inicia la etapa laboral. Crear nuestro capital para enfrentar la jubilación es imprescindible, sobre todo en los países donde no existe un fondo de jubilación que cubra 100% las necesidades de los jubilados.
La administración de los recursos personales y familiares requiere constancia y responsabilidad y se fortalece cuando tenemos conocimientos sobre educación financiera.
Por ello recomiendo: organizar un presupuesto mensual y adherirse a este, contar con ahorro para imprevistos o emergencias, para no afectar el presupuesto mensual y no endeudarse, abrir cuentas de ahorro, hacer inversiones y no solicitar un crédito que se extienda más allá de la edad de retiro.
¿Cómo se debe afrontar la depresión si se da en esta etapa?
Cuando se viven síntomas de desesperanza, negatividad, apatía y tristeza profunda debemos buscar ayuda médica especializada para tener una guía y tratamiento en este proceso, pero también en las redes de apoyo, donde la familia tiene un papel trascendental, ya sea la pareja, los hijos o los grupos de amigos.
Mis consejos en este proceso son:
*Reconozca sus emociones. Si se siente enojado, triste, ansioso, afligido o con una mezcla de emociones, al reconocer y aceptar lo que siente descubrirá que incluso las emociones más intensas o desagradables pasan pronto.
*Acepte las cosas que no puede cambiar. Sean cuales sean las circunstancias de su jubilación, si las acepta podrá concentrar su energía en las cosas sobre las que sí tiene control, como su forma de reaccionar ante los obstáculos.
*Redefina su identidad. Muchos nos definimos por nuestro trabajo.
*Fíjese nuevas metas. Tener metas puede darle energía, proporcionarle un propósito y ayudarle a redefinir su identidad.
*Busque apoyo social. No tiene por qué enfrentarse solo a los retos de la jubilación.
*Fortalezca su red social. Mantenerse conectado socialmente puede tener un enorme impacto en su salud mental y felicidad. Nunca se es demasiado viejo para desarrollar nuevas y gratificantes amistades.
*Encuentre un nuevo propósito y sentido en su vida.
¿Qué consejos daría para gozar de una jubilación positiva?
- Cuide su salud, recuerde realizarse chequeos médicos periódicos.
- Coma sano, haga ejercicio de manera regular y constante a lo largo de su vida. Evite los hábitos tóxicos.
- Mantenga su grupo de amigos del trabajo, pero cree y busque nuevos grupos de amigos. Aumente su grupo de apoyo. Involucre a su familia en esta etapa de su vida como su red de apoyo más cercano.
- Intégrese a un grupo de voluntariado o club social
- Si se siente triste, si no encuentra un propósito o lo invade la desesperanza busque ayuda profesional
- Prepárese física, mental y financieramente para esta etapa de la vida.