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La infidelidad en pareja: no es por falta de amor, ni por aburrimiento

Los problemas de pareja pueden surgir cuando las parejas dejan de verse, de escucharse, de conectarse en lo profundo

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La infidelidad en pareja: no es por falta de amor, ni por aburrimiento
Una terapeuta advierte que la infidelidad “es una reacción contra la inercia, contra sentirse invisible o anestesiado". (FREEPIK)

No es el deseo carnal, ni la monotonía, ni siquiera la necesidad de validación lo que lleva a las personas a traicionar a sus parejas.

Según la reconocida terapeuta de parejas Esther Perel, con más de cuatro décadas de experiencia, la infidelidad nace con frecuencia de lo que ella llama “la muerte emocional” dentro de una relación.

En una entrevista reciente con The Telegraph , Perel explicó que esta "muerte emocional" se manifiesta cuando las parejas dejan de verse, de escucharse, de conectarse en lo profundo. No se trata de falta de amor, sino de una erosión del deseo, aplastado por la rutina, la sobrecarga de responsabilidades y la pérdida del misterio.

Infidelidad es una reacción contra la inercia, contra sentirse invisible o anestesiado”, afirma.

Según Perel, los ingredientes que sostienen el amor —cuidado, cercanía, responsabilidad, ansiedad por el bienestar del otro— no son los que alimentan el deseo. El deseo, en cambio, necesita libertad, riesgo, curiosidad y una dosis de desconocido.

“Cuando soy responsable de ti, no estoy soltando; estoy enfocado en ti, no en mí. Y el placer necesita que me conecte conmigo”, explica.

La terapeuta, autora del best seller “Mating in Captivity” y conductora del popular pódcast “Where Should We Begin?”, asegura que muchas personas engañan a sus parejas no porque dejen de quererlas, sino porque sienten que han dejado de vivir dentro de la relación.

“La infidelidad no siempre es un problema del vínculo: a veces es un intento individual por recuperar la vitalidad”, sostiene.

Lo que mata el deseo no es la falta de sexo, es la falta de presencia

Perel también señala que la hiperconectividad tecnológica ha arruinado la intimidad emocional. “La presencia es lo más importante que hemos perdido. Las parejas hoy están en el mismo sofá, pero cada quien en su pantalla. Están juntos, pero no se ven”, dice.

Esta “ausencia ambigua” —como la llama— genera un vacío emocional que se traduce en desconexión sexual.

“Sexualidad no es solo lo que haces, es adónde vas cuando lo haces”, añade. “Si estás atrapado en tu teléfono o agotado por la rutina, no puedes simplemente encender el deseo como un interruptor”.

Para reavivar el deseo, la clave está en la diferenciación. Es decir, recordar que tu pareja es otra persona, con su propio mundo interior. La fórmula, según Perel, no está en fusionarse, sino en mantener un equilibrio entre cercanía y autonomía. “Un viaje separado, una cama diferente, una actividad individual: todo eso puede ayudar”, sugiere.

¿Se puede salvar una relación tras una infidelidad?

Perel cree que sí, y que incluso una crisis como esta puede ser la puerta a una segunda etapa más consciente. “La historia de una aventura puede ser el final del primer matrimonio, pero también el comienzo del segundo… con la misma persona”, dice.

Pero para eso, hace falta curiosidad, voluntad y presencia. “Es dejar de dar por sentado que conoces todo de tu pareja. Es volver a jugar, a explorar, a sorprender y a dejar que el otro te vea en un contexto nuevo”, afirma.

En lugar de esperar a que el deseo vuelva solo, Perel propone hacerlo intencional. Incluso sugiere agendar el sexo, no como obligación, sino como ritual. “Eso transmite valor: dice ‘esto importa’. Y lo que importa, se cuida”.

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