Dejar de fumar: cómo los hábitos saludables se convierten en aliados clave
Aunque dejar el cigarrillo no es un reto sencillo, lo cierto es que hacer cambios positivos en el estilo de vida puede marcar una gran diferencia
Laura Ortiz Güichardo
El 31 de mayo de cada año se conmemora el Día Mundial sin Tabaco, una fecha para concienciar a la población sobre los peligros del consumo de tabaco.
Y aunque dejar el cigarrillo no es un reto sencillo, lo cierto es que hacer cambios positivos en el estilo de vida puede marcar una gran diferencia.
Para comprender cómo una alimentación equilibrada, el ejercicio constante y la incorporación de nuevos hábitos pueden reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y brindar apoyo en este proceso, consultamos a la doctora Génesis López, coordinadora de Salud Ejecutiva y Servicios Internacionales de Médico Express.
-¿Cómo puede ayudar una alimentación balanceada a dejar de fumar?
Una alimentación saludable y balanceada no solo fortalece el sistema inmunológico y favorece la regeneración celular, sino que también puede atenuar algunos de los síntomas físicos y emocionales asociados con la abstinencia de nicotina.
Dejar de fumar no debe ser un proceso aislado, sino una oportunidad para rediseñar hábitos de vida. Una nutrición adecuada contribuye a estabilizar el estado de ánimo, reducir la fatiga y mejorar la calidad del sueño, todos factores que pueden incidir positivamente en la adherencia al proceso de cesación tabáquica.
-¿Cuáles alimentos ayudan a reducir la ansiedad relacionada con la abstinencia de nicotina?
Es frecuente que al dejar de fumar, el paciente experimente ansiedad. Como médicos recomendamos alimentos ricos en triptófano como el yogurt natural, los huevos, la avena y la banana, que favorecen la producción de serotonina, un neurotransmisor clave para el equilibrio emocional.
Asimismo, los alimentos ricos en magnesio y vitamina B, como las semillas, los vegetales de hoja verde y las legumbres pueden ser grandes aliados. Sin embargo, más allá de los alimentos, hay que tener en cuenta la importancia de acompañar este proceso con una evaluación médica y un plan de salud física y mental personalizado.
-¿El ejercicio físico puede disminuir el deseo de fumar?
Sí, y con resultados muy prometedores. El ejercicio físico moderado libera endorfinas que ayudan a reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y controlar el deseo de fumar. Además, el fortalecimiento del sistema cardiorrespiratorio genera una sensación de progreso tangible que motiva al paciente a mantenerse firme en su decisión.
Siempre recomiendo que el abandono del tabaco sea acompañado de una rutina estructurada de actividad física, idealmente supervisada por un profesional, y complementada con estudios cardiopulmonares para valorar el impacto del hábito y monitorear su recuperación.
-¿Qué rutinas o hábitos saludables son más efectivos para sustituir el acto de fumar, especialmente en momentos de estrés y ansiedad?
Incorporar prácticas como la meditación, ejercicios de respiración consciente, escritura reflexiva o incluso el contacto con la naturaleza puede ser transformador.
El acto de fumar suele estar ligado a momentos de escape emocional, por lo que sustituirlo por estrategias que promuevan el autocuidado y la conexión con un propósito personal es fundamental.
En nuestro programa de salud ejecutiva promovemos un enfoque integral que incluye acompañamiento psicológico, herramientas de manejo del estrés y educación sobre estilos de vida saludables.
-¿Hay nutrientes específicos que el cuerpo necesita más durante el proceso de dejar el tabaco?
Sí. Durante el proceso de desintoxicación del organismo es importante reforzar el consumo de antioxidantes, como la vitamina C y la vitamina E, que contribuyen a reparar el daño oxidativo en los tejidos.
También se recomienda una dieta rica en omega-3 y vitaminas del complejo B, especialmente B6 y B12, que son esenciales para el sistema nervioso. Estos elementos ayudan a mejorar el estado de ánimo, reducir la irritabilidad y mantener la concentración durante el proceso de cambio.
-¿Cuánto tiempo después de adoptar hábitos saludables suelen notarse mejoras físicas al dejar el tabaco?
Los beneficios comienzan desde las primeras 24 a 48 horas, cuando se normalizan los niveles de monóxido de carbono en sangre y mejora la oxigenación.
Sin embargo, las mejoras más significativas, como el aumento de la capacidad pulmonar, mejoría en la presión arterial, la función cardiovascular y la piel, suelen percibirse entre las cuatro y ocho semanas posteriores, si el paciente adopta un estilo de vida saludable.
Siempre es recomendable realizarse una evaluación médica preventiva completa que incluya estudios cardiopulmonares, para establecer un punto de partida y poder hacer seguimiento de la evolución.
Dejar de fumar no debe verse solo como eliminar un hábito, sino como una oportunidad de transformación personal.
Es fundamental que los pacientes reciban acompañamiento integral, que aborde no solo la salud física, sino también la salud emocional y su estilo de vida. Ejercitar el cuerpo, alimentar el alma, cuidar la mente y vivir con propósito son claves para un cambio sostenible y positivo.
Consejos para dejar de fumar de forma efectiva
Laura Ortiz GüichardoPeriodista de Revista. Le apasiona escribir sobre salud mental y relaciones de pareja. De no ser periodista, sería psicóloga con un blog.
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