Dra. Gi: "El 30% de nuestro peso es genético, el resto está relacionado con el estilo de vida"
Giselle Escaño relata en su primer libro sobre nutrición cómo manejar una relación racional y equilibrada con la comida
La Dra. Gi acaba de publicar su primer libro sobre nutrición, "Método Gi", una obra en la que recomienda nutrirnos bajo nuestras propias reglas, es decir aprender que cada cuerpo reacciona de forma diferente a la alimentación.
Mitos frecuentes, dietas de moda, la influencia de las emociones en nuestra forma de comer o cómo afecta el estrés a nuestro metabolismo, son algunos de los temas que trata Giselle Escaño en esta obra que busca concienciar sobre la importancia de individualizar la alimentación y el estilo de vida para garantizar un resultado real y sostenible en el tiempo.
La misma doctora nos los explica en esta entrevista.
Este es tu primer libro, ¿qué encontrarán en él los lectores?
En él he plasmado mis 14 años de experiencia en nutrición y obesidad, un legado para nuestra sociedad donde comparto las herramientas y el método que utilizo con mis pacientes para ayudarles a transformar sus vidas.
¿Cuáles son los errores más habituales que llevamos a cabo en nuestra alimentación?
Querer lograr cambios de una manera drástica para obtener resultados rápidos, como dejar de comer para bajar de peso, saltar comidas, realizar dietas estrictas o muy restrictivas. Esto crea más ansiedad en la persona, provocando desesperación y frustración.
En este libro das respuesta a todas las inquietudes sobre nutrición que han entrado por la puerta de tu consulta, pero si tuvieras que priorizar una, ¿cuál sería?
Hacerle entender al paciente la importancia de individualizar la alimentación y el estilo de vida. Esto garantiza un buen resultado para que sea real y sostenible en el tiempo.
El título habla de nutrir tu vida "bajo tus propias reglas", ¿cómo se consigue esto?
Es una forma de decir que, en nuestra consulta, el objetivo es que cada persona entienda y aprenda a interpretar cómo reacciona su cuerpo con la alimentación. De esta manera, jugamos con las combinaciones de alimentos hasta encontrar la que mejor se adapte a cada persona, considerando su condición clínica, física y estado emocional.
¿Hasta qué punto influye o maltrata el metabolismo el hecho de vivir constantemente a dieta con altibajos seguidos de atracones por ansiedad?
Además de afectar nuestro metabolismo y alterar nuestras hormonas, un tema importante es lograr una buena relación con las comidas. Estos altibajos provocan una relación tóxica con la alimentación, lo que desencadena atracones, inestabilidad emocional y codependencia.
Por eso, en la actualidad, debemos tener más cuidado con el bombardeo en las redes sociales y acudir a médicos calificados en nutrición.
¿Cómo se ponen de moda las dietas y qué las convierte en tendencia?
Todo lo que ayude a bajar de peso rápido se vuelve tendencia, pero no necesariamente es saludable. Les exhorto a investigar siempre qué hay detrás de estas dietas de moda.
Uno de los capítulos habla de por qué "la mejor dieta es la que funciona para ti", ¿por qué nos empeñamos en seguir dietas que les funcionan a otros?
Los pacientes en sobrepeso y obesidad son vulnerables, con baja autoestima, desesperación y falta de motivación, lo que nos lleva a tomar medidas drásticas.
Durante mi carrera, he valorado el hecho de que cada persona debe adaptar su propia alimentación a sus gustos y necesidades, considerando sus requerimientos nutricionales, actividad física, eventos sociales, etc. No existe un método ideal para todos; el mejor es el que realmente tu cuerpo necesita y te funciona.
Por eso, insisto en acudir a médicos capacitados en el manejo de obesidad.
¿Es cierto que el intestino es nuestro segundo cerebro?
Sí, totalmente. La microbiota intestinal ha revolucionado el enfoque de la salud, ya que en ella intervienen miles de neuronas conectadas (es un sistema nervioso) relacionadas con el ánimo y la mejora de la ansiedad. Esto impacta en las funciones gastrointestinales, el sistema inmunológico, la salud mental y el sistema nervioso central.
Lo que comemos está relacionado con cómo nos sentimos, ¿cómo influyen las emociones en nuestra forma de comer y cómo podemos cambiar eso?
Definitivamente, las emociones influyen en nuestros hábitos alimentarios. Muchas personas recurren a la comida para lidiar con el estrés o la ansiedad, lo que puede llevar a un aumento de peso o una disminución del apetito en situaciones de angustia.
Lo más importante es aprender a gestionar esas emociones (tristeza, ira, felicidad, miedo) sin juzgarnos, tomando conciencia de la situación y actuando en consecuencia.
Comer es sinónimo de disfrutar para la mayoría de las personas. ¿Se puede comer y disfrutar con la comida saludable?
Comer siempre ha sido un acto de placer, y desde nuestros antepasados se ha valorado la comida como algo sagrado. Muchos piensan que estar saludables significa comer alimentos aburridos, pero el equilibrio es fundamental. Se puede disfrutar de una alimentación variada y sabrosa sin remordimientos.
Hablas del equilibrio en los menús. ¿Cómo se logra ese balance?
Hay que comer de todo: carbohidratos, proteínas y grasas. No existe un alimento que proporcione todos los nutrientes que necesitamos, por lo que es importante consumir una variedad de alimentos en las cantidades adecuadas para obtener los nutrientes necesarios y mantener una sensación de saciedad sin recurrir a dietas estrictas.
Hay personas que parecen tener un metabolismo agraciado y nada les engorda. ¿Cuánto hay de genética y cuánto de estilo de vida que se pueda modificar a través de nuestros hábitos?
Aproximadamente el 30% de nuestro peso es genético, el resto está relacionado con el estilo de vida. Esto significa que podemos prevenir el sobrepeso y la obesidad cuidándonos y realizando cambios, aunque sean ligeros, que nos ayuden a transformar nuestras vidas.
Limitar azúcares, grasas saturadas y alimentos procesados puede ser un buen comienzo.
¿Y qué sería conveniente para regular esa expresión de los genes?
Mantener una alimentación adecuada y hábitos saludables durante un período prolongado puede modificar lo que se llama la nutrición genética. Se recomienda consumir alimentos ricos en antioxidantes (vegetales, frutas), proteínas magras (pavo, pollo, pescado, huevos), grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, frutos secos), aumentar la hidratación y limitar azúcares, alcohol, grasas saturadas y trans.
El estrés es otro de los puntos de tu libro, ¿cómo afecta al metabolismo este estado de estrés latente en el que convive la sociedad moderna?
El estrés es una de las principales causas de una mala relación con la alimentación y los hábitos. Afecta negativamente al metabolismo y contribuye a una alimentación descontrolada.
¿Qué crees que nos falla a la hora de no alimentarnos bien por falta de tiempo?
La falta de tiempo nos lleva a comer de manera apresurada, sin dedicar el tiempo necesario a la alimentación. Esto provoca ansiedad y lleva a comer grandes cantidades de comida en momentos inadecuados, lo que puede ralentizar el metabolismo, causar fatiga y predisponer al aumento de peso.
Danos una cena-medicina: ¿qué deberíamos cenar para levantarnos bien, de buen humor o con energía al día siguiente?
Me encantan los carbohidratos complejos (víveres o tubérculos, cereales integrales) que se metabolizan lentamente y aportan energía y saciedad. Una cena ideal podría ser una proteína (pescado, pollo, huevos) acompañada de un tubérculo (batata, yautía) para una noche reparadora y un buen inicio del día siguiente.
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