Mitos sobre la disfunción eréctil
Cómo afecta a los hombres que, además, están inhibidos para hablar del tema

La disfunción eréctil es algo común, lo que no significa que no sea algo que deba atenderse. Justamente, la consulta al médico es indispensable, pero muchos hombres evitan esta consulta ya sea por tabú o vergüenza.
Existe una banalización del pene, como si no fuera un órgano que forma parte del cuerpo del hombre. La erección del pene durante una relación sexual no es un movimiento voluntario como alzar un dedo, sino que es la respuesta fisiológica de un órgano a ciertos estímulos físicos y mentales que a la persona le resultan placenteros.
Muchos hombres actúan como si la erección fuese una obligación. Tanto las erecciones fisiológicas como las que son producto del estímulo erótico implican un intenso flujo sanguíneo por los cuerpos cavernosos a través de una red de muchísimas pequeñas arterias.
Por la importancia que tiene el buen funcionamiento de las arterias para que ocurra la erección, se entiende fácilmente que el pene, como órgano, sea uno de los principales candidatos a verse afectado ante cualquier problema del sistema circulatorio: enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión arterial. Por eso el tabaquismo, la obesidad, el colesterol alto y otros factores de riesgo que afectan a la salud en general pueden convertirse también en factores de riesgo para la disfunción eréctil, por lo que los problemas de erección deben ser motivo de consulta médica ya que, al margen de la vida sexual.
Cuando un paciente llega al consultorio aquejado por un problema de disfunción eréctil, los especialistas aplican un protocolo médico cuyo primer paso es un detallado interrogatorio, complementado con una batería de estudios clínicos, principalmente vasculares.
Ya sabes. No hay nada de que avergonzarse. Una consulta temprana al médico te ayudará muchísimo.