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Residuos
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VIDEO | El negocio poco conocido detrás de los residuos especiales y peligrosos

Aunque existen empresas especializadas en el tratamiento de desechos peligrosos y especiales, la falta de regulación efectiva frena el avance del sector

Cuando se habla de reciclaje y gestión de residuos en la República Dominicana, casi siempre se piensa en papel, plástico, cartón y desechos orgánicos. Pero hay un mundo oculto —y especializado— que también se mueve entre desechos: el de los residuos peligrosos y de manejo especial, como aceites usados, lodos industriales o materiales hospitalarios. 

¿Cómo se manejan estos residuos? César Vargas y Pedro Durán son los representantes de Resicla y P & D Recycling, dos de las 74 empresas registradas en un listado de 2024 por el Ministerio de Medio Ambiente como gestores ambientales. Ambos conocen el proceso.

“Hay quienes producen de manera permanente cierta cantidad de residuos. Primero caracterizamos los residuos, nos ponemos de acuerdo en la disposición adecuada y nos dicen: ‘vengan con el camión tal día’ ”, explica Vargas.

Durán explica que la empresa que representa trabaja principalmente con residuos internacionales (residuos orgánicos, plásticos) de cruceros y con el sludge (lodo o agua sucia) de las embarcaciones. “Vamos con tanques y se cierran herméticamente”, detalla. Cuarenta y ocho horas antes de arribar a puerto, los barcos deben solicitar el servicio.

¿Cómo se aprovechan estos residuos?

Los clientes de ambas empresas se distribuyen entre embajadas, bancos, la Refinería Dominicana de Petróleo, farmacéuticas, hospitales e industrias dedicadas a la producción de alimentos y bebidas, entre otros, con quienes suscriben acuerdos de confidencialidad para la gestión de sus desechos. También muelles y cruceros.

Para el aprovechamiento de los aceites procedentes de las embarcaciones, utilizan un proceso conocido como decantación. “Los aceites se dejan en reposo en los tanques; entonces, como el agua es más pesada, va al fondo, se saca el agua y lo que queda es el residuo de aceite, que es más puro, y eso se vende a empresas que lo utilizan como combustible”, explica Durán. Tras el proceso, pueden recuperar alrededor del 80 % del aceite.

En tanto que en Resicla cuentan con skimmers, que son aparatos utilizados para separar el agua del aceite y recuperarlo. También disponen de camiones de succión que les permiten descontaminar lugares donde ha ocurrido alguna contaminación.

En dicha empresa, el aceite vegetal o de cocina es un residuo de mucha demanda, ya que puede emplearse para hacer biodiésel. También se aprovecha el mercurio que se encuentra dentro de las lámparas previo a su destrucción. 

Los más buscados para exportar

La exportación de los materiales recuperados es parte del negocio. “Hay mucha importación en el caso de los aceites, pero también se exporta como residuo a Alemania y otros países desde la República Dominicana, donde se colecta y se compra”, sostiene Vargas. 

“Un galón de aceite puede costar entre 80 y 100 pesos, dependiendo de su calidad”, agrega. El litio, plomo y pvc de los desechos también son materiales exportables. 

La exportación de ciertos residuos eleva los costos para la empresa. “El mercurio no se trata en República Dominicana; hay que extraérselo a las máquinas, guardar los filtros, y cuando se tiene cierta cantidad, exportarlo. Eso son unos costos que son adicionales al proceso de tratamiento aquí interno”, dice el representante de Resicla

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Infografía
Las empresas dedicadas a la gestión de desechos de manejo especial o peligroso emplean camiones para la recolección de residuos que van desde aceites usados a sludge. (PAOLA WISKY)

Para la exportación, el país debe cumplir con convenios internacionales como el de Basilea, además de solicitar permisos al Ministerio de Medio Ambiente. “El país que recibirá el residuo debe emitir una carta de ruta diciendo que aceptará ese desecho”, agrega Vargas. 

Sin embargo, a juicio del relator especial de las Naciones Unidas sobre sustancias tóxicas y derechos humanos, Marcos Orellana, el convenio internacional de 1992 sigue siendo un tema pendiente. 

“A pesar de que el Convenio de Basilea obliga a los Estados parte a criminalizar el tráfico ilegal de residuos peligrosos, el Estado dominicano aún no adopta las disposiciones pertinentes”, manifestó Orellana durante una visita a República Dominicana en mayo pasado.  

Una industria con trabas

Tanto Vargas como Durán coinciden en que la falta de mecanismos que garanticen el cumplimiento, por parte de las empresas, de un adecuado manejo de estos residuos dificulta la rentabilidad del negocio. 

“Cuando iniciamos esta empresa en 2009, pensábamos que a los dos o tres años nos iría bien. Pero mi socio y yo duramos unos cinco o seis años subsidiando la empresa (…) Las leyes nos apoyan, pero se cumplen poco; no todo el mundo da seguimiento a una empresa para que maneje adecuadamente sus desechos. Si las autoridades pusieran un poco más de empeño en eso, sería más rentable”, sostiene Durán.

El empresario cita el caso de la gestión de residuos biomédicos. “Actualmente, solo le damos servicio a dos hospitales”, señala. 

Existen residuos con mayor rentabilidad que otros por varios motivos: “Primero, porque aún no existe una cultura en la República Dominicana para disponer adecuadamente de los residuos. Estos se mezclan y los ayuntamientos no los distinguen; se los llevan todos juntos”, dice Vargas.

Sin embargo, admite que en los últimos años el sector industrial está cambiando en el país y “hay interés en hacer las cosas bien”. “No solo por la regulación, sino porque el mercado demanda transparencia, circularidad y sostenibilidad”.

Sostiene que las empresas locales que buscan acceder a mercados internacionales deben demostrar, a través de auditorías de terceros —no del Gobierno—, que cumplen con los parámetros de gestión de residuos

El eslabón que falta: responsabilidad del productor

Sobre las inquietudes de ambos gestores respecto a la falta de cumplimiento de la ley, el ministro de Medio Ambiente, Paíno Henríquez, señaló que el Reglamento para la Implementación de la Responsabilidad Extendida del Productor, Importador y Comercializador de Productos Prioritarios —documento que se encuentra actualmente en consulta pública— subsanaría esta problemática.

“Ojalá la población lea y entienda la dimensión de este reglamento (…), la pieza que faltaba era esa. La ley (225-20) establece conceptos generales, pero el reglamento es el que se pone en práctica y obliga a las empresas a implementar acciones y planes de manejo de residuos especiales como corresponde”, sostuvo el funcionario. 

TEMAS -

Egresada de la UASD de la carrera de Comunicación Social, mención Periodismo. Ha participado como colaboradora en programas radiales y como periodista en El Nuevo Diario y Diario Libre.