Flamboyanes en la frontera: ¿una invasión silente?
La siembra de esta especie, considerada invasora por el propio Ministerio de Medio Ambiente, desata críticas en las redes sociales

La reciente siembra de flamboyanes en la franja fronteriza dominicana ha levantado preocupaciones en sectores científicos y ambientales por estar considerada como una especie invasora.
El pasado 24 de abril, como parte de una jornada de reforestación denominada "Framboyanes por mi patria", el presidente Luis Abinader encabezó la siembra, que incluyó también especies nativas como caoba criolla, cedro y corazón de paloma, según informó el Ministerio de Medio Ambiente.
En Pedernales se plantaron seis kilómetros, desde la puerta hacia la sierra, utilizando aproximadamente 2,000 plántulas de cedro, corazón de paloma y caoba criolla.
En Independencia se reforestó una franja de aproximadamente cuatro kilómetros, con 1,500 plántulas de caoba criolla y corazón de paloma.
En Elías Piña se sembraron unos tres kilómetros con alrededor de 1,000 plántulas de olivo y caoba criolla. Debido a las condiciones áridas de la zona, en algunos tramos fue necesario preparar el terreno previamente y se utilizó polímero para garantizar una fuente de agua de hasta seis meses.

Medio Ambiente aclaró que no se ha impactado ninguna zona correspondiente al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. No obstante, la presencia simbólica del flamboyán ha generado una fuerte reacción.
"Si bien, de los miles de árboles pautados para sembrar en la frontera apenas unos pocos eran flamboyanes, colocar al ministro de Medio Ambiente y al presidente de la República en primer plano de la siembra de una especie invasora, genera un ruido innecesario y empaña un esfuerzo que debería concentrarse en el gran desafío de promover la protección de nuestras especies endémicas y nativas", expresó el ambientalista Nelson Bautista, miembro de la Fundación Acción Verde.
Una especie exótica invasora
El framboyán o flamboyán (Delonix regia) es uno de los árboles más vistosos del Caribe. Originario de Madagascar, fue introducido en América tropical en el siglo XIX por su espectacular floración roja y su potencial como sombra ornamental en zonas urbanas y rurales.
Sin embargo, su belleza ha eclipsado un detalle fundamental: en muchos contextos ecológicos, incluyendo la República Dominicana, se comporta como una especie exótica invasora.
Este aspecto fue reconocido oficialmente en la Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras publicada en 2011 por el propio Ministerio de Medio Ambiente, donde se cataloga al flamboyán como una especie con potencial de alterar ecosistemas, desplazar flora nativa y modificar procesos ecológicos.

La preocupación de los especialistas no es anecdótica. Estudios regionales han demostrado que el flamboyán puede generar una capa densa de sombra que impide el crecimiento de especies herbáceas o arbustivas debajo de su copa, afectando la regeneración natural del bosque seco. Además, sus hojas, al caer en grandes cantidades, modifican la composición del suelo, alterando el equilibrio de nutrientes.
Casos internacionales confirman esta preocupación. En lugares como las islas Seychelles y el estado de Florida, en Estados Unidos, Delonix regia ha sido incluida en planes de manejo y control por su impacto en ecosistemas nativos.
Las autoridades han implementado medidas como remoción mecánica, control cultural y restauración ecológica para mitigar su expansión. En India, particularmente en Tamil Nadu, la especie ha sido evaluada en estudios sobre especies forestales invasoras, reconociendo su potencial de alterar ecosistemas locales incluso si su impacto varía según la región.
Las publicaciones en redes sociales
En una primera publicación en redes sociales, el mismo 24 de abril, el Ministerio de Medio Ambiente afirmó que su siembra forma parte del Plan Nacional de Reforestación y menciona al Ministerio de Defensa como un apoyo.
Ante las fuertes críticas de diferentes sectores de la sociedad civil, el ministerio publicó un comunicado, también vía redes sociales, justificando que la siembra de flamboyanes fue "puntual, simbólica y ornamental", y que no forma parte del Plan Nacional de Reforestación, el cual prioriza especies nativas y endémicas.
Además, alegó que su flor roja "representa resiliencia, renovación y orgullo dominicano" y que el flamboyán ha estado presente en el paisaje nacional por más de 200 años.
Según informó Medio Ambiente a Diario Libre, a través de su Departamento de Comunicaciones, el flamboyán fue utilizado por el Ministerio de Defensa como una estrategia para delimitar visualmente el territorio por su floración llamativa.
En su comunicado, se reconoce que existen otras especies nativas con valor ornamental que podrían haber cumplido ese rol, ante el cuestionamiento de este medio.
"Existen especies nativas como el samán, la jacaranda, el capa prieto, la amapola de los cafetales y el roble criollo que también florecen y podrían cumplir un propósito ornamental similar, aunque no con la misma vistosidad del flamboyán", admitió el ministerio.
Aclaró que los flamboyanes sembrados fueron adquiridos a viveros privados por el Ministerio de Defensa y no fueron facilitados por Medio Ambiente.
¿Simbolismo o ciencia?
A pesar de la explicación oficial, el uso de una especie catalogada como invasora en una zona tan frágil como la frontera genera preguntas sobre la coherencia entre el discurso institucional y la práctica en el terreno. Y sobre todo, reabre un debate necesario sobre la forma en que se toman decisiones ambientales en el país: ¿se prioriza el simbolismo o la ciencia?
"Nuestra identidad se expresa de manera más genuina y poderosa a través de aquellas especies autóctonas, únicas e irrepetibles, que merecen ocupar el lugar central en iniciativas de restauración y embellecimiento del paisaje nacional", concluyó el ambientalista Nelson Bautista.
Al cierre de esta nota, el Ministerio de Defensa no había respondido a las preguntas sobre la cantidad, origen y precio de las plantas utilizadas en la jornada de reforestación. Tampoco indicó si se consultó a Medio Ambiente antes de decidir la siembra de flamboyanes o si esta acción forma parte de una estrategia de seguridad fronteriza, entre otras preguntas.