Tráfico de influencias
Con el final del año escolar se inicia otra carrera igual de estresante, pero ahora para muchos padres: la búsqueda de un mejor centro educativo para sus hijos
Con el final del año escolar se inicia otra carrera igual de estresante, pero ahora para muchos padres: la búsqueda de un mejor centro educativo para sus hijos. Un ciclo que se repite cada junio.
Cartas. Y no de las humildes notas de una junta de vecinos o de una parroquia barrial recomendando a un niño aplicado y sin recursos.
Lo que empezó como una forma de priorizar casos sociales corre el riesgo de convertirse en un festival de tráfico de influencia y clientelismo.
Hablo de las cartas que pesan más que cualquier mérito académico: cartas de dirigentes políticos, funcionarios públicos, diputados, de empresarios y empresas o enlaces con el nombre de un funcionario.
En el sector público, y muy especialmente en los centros educativos bajo el modelo de cogestión o concertados, en los liceos y politécnicos que tienen buena fama.
En todos esos, tratan de enviar y se envían estas cartas que, en muchos casos, pesan más que la realidad social del estudiante. Muchos centros concertados, por su nivel académico, disciplina o servicios, son altamente demandados.
Y, ante la escasez de cupos, hay quienes apelan a sus contactos para adelantar la fila. Esto no es nuevo. Pero cada vez más se asume como única vía de ingreso.
¿Y los demás? Los que no tienen padrino, ni cura, ni dirigente, ni suerte... se quedan en espera o son derivados a donde haya espacio. A pelear por un pupitre.
Hay otra parte en esta historia. Y es la discriminación de algunos centros de alto prestigio moral que deciden en contra de los hijos de hogares "disfuncionales", a los que le exigen que deben vivir en un hogar con dos padres.
Eso no es culpa de los hijos. El proceso de inscripción, se convierte entonces en una triste forma de seguir abriendo la brecha educativa entre los que tienen ciertos medios con los que no tienen ninguno.
Una muestra de que la corrupción y el tráfico de influencia es relativo y solo es mala cuando me afecta. Entramos en esa época del año en la que la educación, es cuestión de influencias.